Recientemente la Secretaría Nacional de Energía (SNE) publicó en la Gaceta Oficial la Resolución N.°MIPRE-2023-0021773 que aprueba la Estrategia de Comunicación para la Transición Energética (COMUNIC-ATE) de la República de Panamá.

Ésta busca fomentar, entre otras cuestiones, la electromovilidad y el hidrógeno verde.

Para conocer más detalles, Portal Movilidad dialoga con Jorge Rivera Staff, secretario nacional de Energía, quien declara:

“El propósito de esta estrategia consiste en involucrar a la ciudadanía, informándola sobre los conceptos de forma general y, luego, explicándole las tareas, metas e iniciativas que estamos desarrollando”.

Y reconoce: “Queremos que más personas aprovechen los beneficios que la transición presenta”.

Lo cierto es que la Resolución sustenta que la SNE realizará esfuerzos para llevar adelante los cambios de forma participativa, justa y equitativa.

Específicamente, la COMUNIC-ATE acercará a los panameños las líneas de acción de la Agenda de Transición Energética, facilitará su acogida y buscará incidir en el cambio de comportamiento frente a la producción y uso de la energía sostenible a nivel nacional.

La Estrategia de Comunicación para la Transición Energética considera los ejes de la Agenda.

En ese sentido, cuenta con seis objetivos específicos.

El primero, consiste en introducir los conceptos asociados a la transición y las diferentes tecnologías de energía sostenible.

El segundo, en fortalecer la capacidad de Panamá para hacer frente a los impactos del cambio climático a través de las oportunidades que la Agenda de Transición Energética genera.

El tercero, en crear mecanismos y espacios diferenciados de interacción con actores clave para divulgar las acciones involucradas en la Agenda.

El cuarto, en establecer un ambiente favorable en las redes y medios masivos sobre consumo responsable, ahorro, eficiencia, energías renovables, electromovilidad e hidrógeno verde.

El quinto, en guiar, coordinar y monitorear la implementación de las acciones de comunicación de la Agenda, por medio de los comités específicos.

El sexto, en procurar que en la ejecución de esta estrategia los actores del gobierno involucrados y el sector privado pertinente adopten medidas informativas y de difusión, siendo que la ciudadanía debe escuchar el mismo mensaje.

“Para alcanzar estos objetivos propusimos una matriz con 20 líneas de acción que establecen actividades de acuerdo al tipo de audiencia y canal de comunicación. Poseen indicadores que permiten medir el progreso de la ejecución de la estrategia y sus pilares”, sostiene Rivera Staff.

Y aclara: “Para elaborar la COMUNIC-ATE, por primera vez en Panamá se desarrolló un estudio mixto -cualitativo y cuantitativo- de percepción ciudadana, con focus groups y escucha activa en redes sociales”.

Por otra parte, vale mencionar que para desarrollarla también se tomaron en cuenta requerimientos de sensibilización y divulgación que surgieron de las mesas de trabajo para la construcción de las distintas estrategias que conforman la Agenda de Transición Energética, entre ellas, la de Movilidad Eléctrica (ENME).

“Éstas se formularon mediante procesos abiertos y participativos, recibiendo retroalimentación no solo en aspectos técnicos, sino también en temas sociales, de gestión y comunicación, que luego se incorporaron en el análisis y propuestas”, comenta el secretario de energía.

¿Qué contempla la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica?

La ENME, presentada el 13 de junio 2019 por la SNE y el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), se desarrolló considerando que Panamá tiene por objetivo contar con un transporte público combustionado a electricidad de origen limpio.

De esta forma, se busca minimizar el impacto en la atmósfera y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Para ello, plantea como metas al 2030 que entre el 10-20% de los vehículos privados, 25-40% de los privados vendidos, 15-35% de los autobuses y 25-50% de los vehículos de flotas públicas sean eléctricos.

Lo cierto es que, según datos de 2016, en el país circulan alrededor de un millón y medio de carros y más de 61 mil motos, lo que sumado al transporte público y al de carga contamina desmedidamente el aire.

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