La adopción de la electromovilidad está creciendo a tasas exponenciales a nivel mundial, en particular impulsado por empresas que operan flotas de vehículos de alto recorrido y que, por ende, ven el atractivo económico de migrar (el menor costo en combustible y mantenciones favorece las aplicaciones de alto recorrido), lo que se suma al ya conocido beneficio desde el punto de vista de la sostenibilidad y su respectivo beneficio de marca.
Junto con esto, se ha hecho evidente que, para estas empresas, la tarea de cargar las baterías de los vehículos es parte fundamental de la operación: se debe saber dónde y cuándo se cargarán los vehículos. De esta forma, para lograr tener control sobre el proceso, las empresas optarán, en general, por operar su propia infraestructura de carga. Por supuesto coexistirán distintos modelos de negocio, y la propiedad de los activos será, en muchos casos, de terceros (por ejemplo, bajo un modelo de charge-as-a-service), pero el punto de fondo es que será muy poco habitual que las empresas realicen cargas improvisadas en una estación de servicio (como ocurre hoy con los vehículos a combustión). Este es un gran cambio de paradigma.
En resumen: la revolución de la electromovilidad ya empezó, principalmente de la mano de empresas que operan flotas de vehículos, y éstas utilizarán, por lo general, su propia infraestructura de carga.
Ahora, la pregunta: ¿debe esta infraestructura ser “inteligente”? ¿por qué no simplemente operar los “fierros”, sin datos, sin automatización y sin gestión?
Nosotros desde Enerlink creemos que la respuesta es que la infraestructura de carga debe ser inteligente y debe operar de forma integrada y coordinada con la flota de vehículos eléctricos (VE). A continuación, hago un esfuerzo de detallar los principales motivos que respaldan esta tesis:
- Reducción de costos: los precios de la energía eléctrica varían hora a hora (no así el precio del diesel). Un software de carga inteligente se encarga de determinar cuándo, cuánto y cómo cargar, minimizando el costo de la carga eléctrica. Una carga bien gestionada puede costar un 40% menos que una mal gestionada.
- Eficiencia operacional: dado que el proceso de carga es más lento, se requiere de una coordinación efectiva que integre los datos de los cargadores con los de los VE, para permitir dar seguridad de que los VE estarán cargados cuando se necesitan. Por otro lado, los cargadores no están exentos de fallas, por lo que se vuelve esencial monitorearlos en todo momento y ser capaz de diagnosticar los problemas de forma remota para dar solución rápidamente (algunas veces de forma remota y otras veces en terreno), lo que permite aumentar el uptime de los equipos.
- Cuidado del vehículo y su batería: Lo más valioso de un VE es su pack de baterías, y la forma en la cual se utiliza afecta su vida útil. Una plataforma de carga inteligente permite monitorear el uso y “estado de salud” de las baterías para tomar acciones que extiendan su vida útil.
- Medir para mejorar y escalar: Si no se mide, no se puede evaluar, no se puede mejorar y no se puede comunicar. Todo esto es esencial para que las empresas puedan avanzar en la adopción de VE a paso firme y acelerado. Además, no solo basta con medir, sino que se debe contar con herramientas que sean capaces de digerir y presentar esta información de forma simple y accionable.
- Modelos de negocio complejos: en esta industria están las condiciones para que se implementen modelos de negocio de economías compartidas para lograr aumentar la utilización de la infraestructura de carga y así rentabilizar de mejor manera la inversión. Por ejemplo, algunas empresas querrán compartir su infraestructura con otras empresas, durante ciertas horas del día, de forma coordinada. O los centros comerciales y supermercados querrán cargar vehículos de última milla, pero también ofrecer carga pública en ciertos horarios. Estos son un par de ejemplos de modelos negocio atractivos, pero relativamente complejos que requieren de inteligencia a nivel de software para lograr una coordinación efectiva y manejar las transacciones de forma correcta.
- Visión de futuro: en el futuro los consumidores eléctricos gestionarán recursos energéticos locales (behind-the-meter o “BTM”) de forma inteligente y estarán constantemente realizando transacciones con el mercado eléctrico, comprando y vendiendo energía y servicios. En este contexto, la gestión de los VE y sus cargadores y la realización de funciones V2G, juegan un rol clave para habilitar este nuevo tipo de consumidor eléctrico.
Por último, es importante destacar que actualmente los principales drivers de crecimiento de la electromovilidad son la sostenibilidad y beneficio económico. Sin embargo, la “simplicidad operativa” hoy es más un obstáculo que un driver de crecimiento. En este sentido, las soluciones de software capaces de simplificar la operación y sus respectivos riesgos y costos, son absolutamente esenciales para transformar este obstáculo en un driver de crecimiento y así lograr la ambiciosa meta planetaria de migrar a un transporte sustentable.