A fines de agosto del 2023 se anunció la noticia de que en Chile la tarifa eléctrica podría subir más de un 50% en algunos sectores.
Esto naturalmente movió el piso a todos los conductores de vehículos eléctricos, e hizo surgir la pregunta: ¿qué pasará con la electromovilidad si el costo de la electricidad, su principal insumo de operación, sube de tal manera?
Contexto: el congelamiento de tarifas y la deuda acumulada
Esta historia comienza en noviembre del 2019, cuando correspondía una alza a la tarifa eléctrica, frente a lo cual el ejecutivo despachó una ley para frenarla.
Esta ley contemplaba que en el corto plazo el valor de la electricidad subiría pero en el mediano plazo volvería a bajar a un nivel inferior a los del 2019, dado que en ese momento ingresarían nuevos contratos más baratos gracias a las energías renovables.
Así, ésta baja pagaría el saldo del subsidio y los hogares no sufrirían por la aparente inestabilidad temporal de los precios.
Sin embargo, la pandemia, guerras y otros factores causaron una subida de los precios de los combustibles (haciendo más cara la generación de energía), y del tipo de cambio (los contratos de electricidad están fijados en dólares).
Como consecuencia, este subsidio, que buscaba financiarse con la baja del precio de energía, finalmente acumuló una deuda creciente con los generadores que era necesario saldar.
En este contexto, en julio del 2022 se anunció un alza de hasta el 40% en la tarifa eléctrica para los clientes regulados.
Por eso, se publicó en agosto de 2022 una nueva ley que considera dos aspectos principales: un mecanismo transitorio de protección al cliente (MPC) que suaviza el alza, y un fondo de estabilización transitorio (FET) que financia las potenciales diferencias que se producen entre este mecanismo de protección y el valor real de la tarifa de la energía, además de pagar la deuda del PEC 1 (el proyecto del 2019).
Sin embargo, ante la demora en la actualización de los precios y la insuficiente recolección de fondos, en agosto de 2023 se publicó el informe de actualización de tarifas eléctricas, donde se declaraba un alza de incluso un 90% en algunos sectores de Chile.
Por ello, el gobierno trabajó en un nuevo mecanismo para mitigar esta alza, lo que derivó en un nuevo proyecto.
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En diciembre de 2023, el ministerio de energía promovió un nuevo proyecto a fin de pagar la deuda acumulada con los generadores de manera definitiva pero paulatina. Para esto, se considera el pago de un monto fijo adicional a la tarifa de energía, por cada kWh consumido.
Este nuevo “MPC” (Mecanismo de Protección al Cliente) sería de $22 a partir de este año y luego $9 desde el 2028.
Además, se ajustará la tarifa eléctrica según el costo real del sistema eléctrico, lo que impactará sobre todo a los consumidores más pequeños (típicamente residenciales) dado que su tarifa actual está congelada.
El proyecto considera por último un subsidio, pero sólo para los hogares que sean parte del 40% de menores ingresos.
Este proyecto está aún en discusión.
Ahora que el país entra en una nueva etapa de masificación de los vehículos eléctricos, los usuarios tendrán que pagar un mayor costo por la energía. ¿Qué efectos tiene esto sobre el avance de la electromovilidad?
Posibles efectos sobre la electromovilidad
El primer efecto, probablemente el más obvio, es el impacto sobre el “costo total de propiedad” (TCO en inglés) de un vehículo eléctrico, que incluye el costo de adquisición, operación, impuestos y el valor de reventa al final de su vida útil.
El alza del costo por kilómetro recorrido, causado por la subida del precio de la energía, aumenta el costo de operación y por tanto perjudica la evaluación de los proyectos de vehículos eléctricos contra su par de combustión, y prolonga el tiempo necesario para recuperar la mayor inversión de la movilidad eléctrica.
Un segundo efecto es para los inversionistas de infraestructura de carga pública, los cuales se verán obligados a aumentar sus precios, creando así una barrera adicional para la adopción de la electromovilidad por el consumidor.
Por último, estos cambios en la tarifa eléctrica reflejan un clima de mayor incertidumbre en el mercado eléctrico de Chile, lo que naturalmente afecta cualquier evaluación de proyectos: a mayor riesgo se exige un mayor retorno para avanzar.
Por tanto, es muy relevante que logremos como país estabilizar las condiciones para que, al considerar un proyecto de electromovilidad, logremos mejores resultados.
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Desafíos por delante para la electromovilidad en Chile
Para quien maneja un auto eléctrico este cambio de la tarifa eléctrica significa un desafío, ya que el ahorro con el que contaba en el pasado ha disminuido.
Por tanto se hace aún más importante que los vehículos eléctricos sean cada vez más eficientes, que entren modelos más accesibles al mercado, y que la carga se haga en lugares y momentos más económicos.
Este nuevo panorama de tarifa eléctrica también afecta la evaluación de los sistemas de autogeneración eléctrica.
Estos ahora se han vuelto más atractivos,por tanto cualquier sistema que además ayuda a cargar un auto eléctrico tendrá una gran ventaja a la hora de evaluarse.
Esto es relevante para consumidores privados y empresas, por ejemplo considerando la instalación de un sistema solar que permite complementar la carga de los vehículos durante el día.
Un efecto muy interesante también será el que tienen aquellas ubicaciones con un contrato de suministro eléctrico como “cliente libre”* desde antes de noviembre del 2019.
En aquellos casos la tarifa de suministro eléctrico es mucho más conveniente ya que no incluye el “MPC” anteriormente mencionado, lo que les da una ventaja competitiva como lugares donde instalar estaciones de carga para suministrar energía a los vehículos eléctricos.
*En Chile, un “Cliente Libre” eléctrico es aquel que negocia su energía directamente con las empresas generadoras, obteniendo en general una tarifa más económica.
La necesidad de generar otros beneficios e incentivos
Por último, este cambio en la tarifa eléctrica pone de relieve la necesidad de más beneficios e incentivos a nivel nacional para la incorporación de vehículos eléctricos.
Ya existen beneficios como la exención del permiso de circulación, y algunos programas como “Mi taxi eléctrico”, pero esta alza a la tarifa hace aún más patente la necesidad de mayores incentivos para quienes quieren avanzar en la descarbonización y la nueva forma del transporte.
Como Enerlink, empresa latinoamericana líder en soluciones integrales para la carga de vehículos eléctricos, procuramos que nuestros usuarios puedan disminuir sus costos de adopción y operación de la electromovilidad, aportando así con la expansión de la nueva movilidad en toda latinoamérica.
Si quieres conversar del impacto de esta alza en tus proyectos de electromovilidad, puedes contactarnos para revisar en conjunto las opciones para disminuir el efecto de esta alza en tu operación.
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