Elisabeth Skarsbø Moen, vicepresidenta de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Ruter, entidad responsable del transporte público de Oslo, saca a la luz el trabajo detrás  de la conversión a cero emisiones de buses eléctricos de la capital noruega.

La política pública implementada por el organismo se considera un caso modelo: logró un transporte sin emisiones cinco años antes de la fecha que se había fijado, siendo la primera ciudad en lograrlo.

La responsable de Ruter declara que la empresa está eliminando los pantógrafos y opta por la instalación de otras tecnologías de recarga. 

Además de pantógrafos, la compañía ofrece otros tres tipos de infraestructura de recarga, pero los primeros están siendo retirados de funcionamiento este año. 

La representante de la empresa confiesa que vieron que las baterías iban a ser más grandes y pesadas en poco tiempo, por lo que decidieron no elegir solo una tecnología de carga.

«Los proveedores o suministradores a menudo quieren atarte a una sola tecnología», remarca.

En este sentido, Skarsbø Moen resalta que los mayores desafíos en el proceso de conversión de la flota fueron por un lado la infraestructura, y por otro lado el entendimiento con las empresas operadoras.

“Muchas veces no entienden los requisitos de lo que solicitamos por tratarse de procedimientos o tecnologías que aún no se desarrollaron”, explica.

Este 16 de abril se incorporaron 183 buses eléctricos a la flota estatal, y para finales de año se esperan otras 137 unidades.

La nueva flota de eléctricos será cargada con cables en postes, tal como los coches eléctricos, mientras que la infraestructura de carga mediante pantógrafo es para buses de generaciones anteriores.

Las claves para la conversión

“Oslo acaba de terminar la conversión de su flota de transporte público” sentenció Scarborough Moen.

Según la vicepresidenta, lo que les permite posicionarse como empresa pionera es el conocimiento de la tecnología, el estar al día del tecnológico y fijar objetivos más elevados para el mercado.

«Preferimos liderar el cambio antes que esperar a que el mercado madure”, resalta la profesional. Para ella la clave en el recorrido fue asumir el liderazgo de la empresa estatal como compradora en el desarrollo del mercado.

“Lo que hicimos fue utilizar activamente nuestro poder de compra a lo largo del tiempo y exigir más a nuestros proveedores”, explica.

Amplía: “Al principio nos enfrentamos a un mercado incierto y a unos costes elevados, pero cambiaron más rápido de lo que esperábamos”.

Actualmente el mercado de proveedores de Oslo es sólido y competitivo. 

Autoridades de Oslo en la inauguración de estación de autobuses eléctricos.

Los pasos de la implementación

La búsqueda por un transporte público sin emisiones comenzó en el año 2012 con la participación de Ruter en un programa de investigación con 500 buses de hidrógeno, cuyo resultado fue la decisión de no avanzar con esa tecnología.

En 2015 empezaron a investigar el tiempo de implementación de un transporte cero emisiones hasta encontrar la solución más eficiente en términos ambientales y económicos.

En 2017 comenzaron a probar seis buses eléctricos en el servicio público y tres soluciones de carga diferentes. 

En 2019 obtuvieron 70 nuevos autobuses eléctricos, incluyendo dos líneas completamente eléctricas con carga de pantógrafo.

En 2022 sumaron 109 nuevos buses eléctricos a la flota. 

En relación a la perspectiva económica, Skarsbø Moen opina: “Hasta ahora vemos que el costo de la infraestructura es más o menos similar al ahorro en costes operativos y de mantenimiento”.

El acuerdo implica una inversión de unos 50 millones de dólares para Oslo.

Respecto a la perspectiva ambiental comparte que las emisiones se redujeron notablemente desde 2018. “Esto hace que sea una mejor ciudad para vivir, con más transporte público y menos contaminación y ruido”, opina.

Ahora la meta, es conseguir transporte cero emisiones para toda la región de Oslo para 2028.

Buses eléctricos de Oslo

Los autobuses articulados Solaris tienen un paquete de baterías de más de 500 kWh, que a su vez proporcionará una autonomía de más de 250 kilómetros. 

Poseen una longitud 18 metros de y están equipados con un motor eléctrico de 240 kW montado en el centro.

La capacidad de la batería de los nuevos autobuses hace que sólo sea necesario cargarlos en la estación de buses eléctricos.  

“Trabajamos para conseguir que toda nuestra flota de barcos autobuses, tranvías y metro, tenga cero emisiones este año”, y remata: “El modelo de Ruter es una estrategia pionera”.