Álvaro Miranda, director de Cambio Climático y Proyectos Estratégicos de la Mancomunidad de la comarca de Pamplona (MCP), se manifiesta en contra de la propuesta de la Comisión Europea para fijar que el transporte pesado de vehículos solo pueda ser propulsado por electricidad o hidrógeno y defiende el biometano.

El director argumenta que la propuesta de la Comisión excluye al gas natural y especialmente al biometano, sustancia que desde la región navarra vienen apostando para el fomento de la movilidad sostenible desde el año pasado.

“Es un anuncio muy preocupante para quienes operamos en sectores públicos que nos hagan ir hacia dos de las tecnologías más costosas y de menor implementación de las tres”, declara Miranda, cuestionando la sostenibilidad de la iniciativa desde el punto de vista económico.

Desde la Mancomunidad, una entidad local compuesta por la ciudad de Pamplona y otros 50 municipios, tomaron la decisión de abandonar el gasoil como combustible de flota en 2021 y desde julio del 2022 cuentan con los primeros 13 autobuses urbanos con biometano.

La entidad cuenta con un total de 165 autobuses y estiman que en 10 o 15 años toda la flota será neutra en carbono y con combustibles renovables. “Queremos que desaparezcan los autobuses de gasoil de nuestra área metropolitana” afirma Miranda.

Cabe destacar que hace 7 años que el organismo público inició un proyecto para depurar el biogás procedente de la depuradora de aguas de Arazuri y convertirlo así en biometano. Con el combustible movilizaron tres autobuses y dos camiones de recogida de residuos.

Gracias a este proyecto pionero, la región de la comunidad de Navarra proporcionó los primeros vehículos pesados de España movidos por gas renovable, que recorrieron 14.000 kilómetros y permitieron la movilidad de 400.000 ciudadanos.

Álvaro Miranda, exvicepresidente del Gobierno de Navarra y actual director de Cambio Climático y Proyectos Estratégicos del MCP.

“Cero emisiones” para autobuses y camiones 

En el marco del Pacto Verde Europeo, el 15 de febrero, la Comisión propuso nuevos objetivos en materia de emisiones de carbono para los vehículos pesados nuevos a partir de 2030.

Los mismos plantean que todas las ciudades de Europa garanticen que sus flotas de transporte urbano sean eléctricas o de hidrógeno, lo que excluye a las tecnologías de gas natural.

En este sentido, la Comisión presentó una normativa para que se instalen puntos de recarga y repostaje a intervalos regulares en las principales carreteras: cada 60 kilómetros para la recarga eléctrica y cada 150 km para el repostaje de hidrógeno. 

“En este momento hay que optar por tecnologías que sean viables económicamente. La electricidad y el hidrógeno no representan lo que podemos aportar como entidades públicas” reclama Álvaro Miranda.

El director defiende: “El gas natural es neutro en carbono y sostenible en lo económico. Nuestro país tiene que apostar por la generación de energía de biometano”.