Argentina | Autos
martes 09 de abril de 2024
Faltan reglas claras. Fabricantes argentinos de vehículos eléctricos piden «competir en igualdad de condiciones»
Los altos aranceles de importación, los tiempos para homologar vehículos eléctricos y la falta de financiamiento complican la actividad. Los principales actores del rubro hablan con Mobility Portal Latinoamérica.
tito vehículos eléctricos
Los vehículos eléctricos de Coradir y Sero Electric son referentes para las categorías L6 y L7.
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Competir en igualdad de condiciones y que haya reglas claras. En eso coinciden Alejandro Bustamante, socio gerente de Bustamante e Hijos y distribuidor oficial de Sero Electric; y Juan Manuel Baretto, presidente de Coradir S.A. 

El punto de encuentro fue el Foro Legislativo de Movilidad Sostenible y Agenda 2030, donde se organizó una mesa que reunió a los principales fabricantes de vehículos eléctricos L6 y L7 del país. 

“A mí me encanta competir, pero siempre hay que competir en igualdad de condiciones. A los industriales argentinos hay que darles las mismas condiciones que a los industriales de afuera”, afirma Baretto en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica

Bustamante, por su parte, plantea que “como no hay una ley, cada uno trata de acomodarse como puede”. “Hay que ordenar, pero lo tiene que hacer el Estado”, subraya. 

Los altos aranceles de importación, los tiempos prolongados para homologar un vehículo eléctrico L6 y L7 y la falta de financiamiento complican la actividad. 

Por citar un ejemplo, el 20% de los componentes de los vehículos de Sero Electric se importan (controladores de velocidad, cargadores, conversor, diferencial).

“Tenés trabas por costos, tiempo y por cómo mandás el dinero”, resalta el representante de la firma. 

Cabe destacar que Sero Electric y Coradir son dos de los jugadores más renombrados que han coseguido autorización para circular por las calles con sus vehículos eléctricos, a diferencia de otras pequeñas startups que todavía se mueven con clientela en espacios cerrados.

«Ser industrial en la Argentina es difícil», sostienen.

Es que no sólo tenés que lidiar con la industria, sino también con el entorno y la macroeconomía. No hay previsibilidad para proyectos a largo plazo y los cambios de gobierno siempre generan incertidumbre. 

«Nos falta un marco normativo que dé certezas a la hora de invertir. Las inversiones en el sector de infraestructura de carga se recuperan en 15 o 20 años. Entonces al no haber reglas claras, estás en el aire y no me parece justo para la gente que trabaja en este sector», adhiere el hacedor del Tito.

vehículos eléctricos

Sero Electric es una de las empresas referentes de vehículos eléctricos en Argentina.

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Financiamiento y cómo promover el uso de vehículos eléctricos

“Evangelizar”, esa es la palabra que se usó en la mesa de debate. Predicar con el ejemplo para que la gente en Argentina adopte la movilidad eléctrica

En ese sentido, las administraciones nacionales o provinciales “deberían poner de su parte incorporando un pequeño volumen de unidades eléctricas a sus flotas”. 

“Uno de nuestros objetivos como distribuidores siempre fue que las reparticiones públicas tuvieran movilidad eléctrica. Logramos que empezaran a usar una partecita de este mercado algunos municipios, pero va a costar muchos años”, afirma Bustamante. 

Otro pendiente es el financiamiento: que la banca pública dé créditos es una forma de promover la electromovilidad en el país. 

“También los bancos tienen que dar el ejemplo. ¿Por qué el Banco Santander lo da y el Banco Nación no? No para los fabricantes, ese es otro tipo de crédito, sino para la gente. Dar facilidades con créditos accesibles para que pueda comprar movilidad eléctrica y apoyar a la industria nacional”, plantea. 

Cuando Coradir arrancó con la venta de vehículos eléctricos -según cálculos propios-, la diferencia entre el precio del combustible y el de la electricidad no era tan grande.

Andar en un Tito, por ejemplo, resultaba 10 veces más barato que moverse en un vehículo a combustión interna. Ahora la distancia se agrandó 30 veces. 

“Tiene que haber un programa de fomento para la electromovilidad que articule estos factores”, explica Baretto. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, los vehículos eléctricos no pagan patente y en varios municipios del país hay una tarifa diferencial por el consumo de la energía. 

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¿Hay voluntad política?

Que haya foros, que todos los actores de la cadena de electromovilidad se den cita para debatir sobre las problemáticas, es un avance. Sin embargo, las prioridades en Argentina pasan por otro lado. 

“El país está en un momento en el tiene que enderezar el marco de la economía, ese es el primer paso. Hay que tener paciencia y seguir proponiendo porque todo no se construye en un día”, refiere Bustamante. 

Para Baretto, “podemos copiar las cosas buenas que se hicieron afuera y plantear un excelente programa de fomento porque seguimos quemando combustibles fósiles de una manera abismal en las ciudades”. 

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