Los aranceles e impuestos a la importación son grandes obstáculos con los que tropiezan las empresas referentes del sector de infraestructura de carga en Argentina.

Estos gravámenes adicionales dificultan la competitividad, y la revisión de las políticas actuales e implementación de medidas para simplificar los procedimientos aduaneros se trazan como canales posibles de solución.

El Foro Legislativo de Movilidad Sostenible y Agenda 2030 reunió a Felipe Fischer, CFO de ChargeboxNet; Lucía Capello, socia de Vulletic; y Jorge Canziani, Totally Integrated Power Consultant & Sales Support de Siemens, quienes pusieron sobre la mesa esta problemática común.

Evidenciaron, entre otras cuestiones, que “la importación de productos para estaciones de carga tiene muchos aranceles que encarecen el costo final”.

“El tema impositivo es común a todas las empresas”, plantea Capello. Y suma que para que haya infraestructura de carga hace falta simplificar cuestiones de importación.

Vulletic es una empresa de sello cordobés que fabrica en territorio nacional. Aún así, el esfuerzo de producir en el país no escapa a la importación porque hay componentes específicos como cables o cargadores para los que no hay sustitución local.

En la misma línea, Fisher sostiene que comercializar o instalar productos para estaciones de carga cuesta hasta dos veces más por la alta carga impositiva de ingresarlo de naciones como China, Europa o Estados Unidos:

Los aranceles de importación son ahora del 35% y eso se termina trasladando al precio final del consumidor o cliente.

“Hay que reverlo porque el impuesto va a la red de las petroleras YPF, Shell o Axion, a la red de quien paga el bien y al precio del equipo”, puntualiza Canziani a Mobility Portal Latinoamérica.

Son impuestos del contexto actual, entendibles en alguna medida, pero a revisar para que el sector sea rentable.

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¿Qué pasa con el financiamiento?

En lo que respecta a infraestructura de carga, los proyectos suelen tener una pata pública para fomentar este tipo de desarrollos.

Pero en Argentina son muy escuetas las líneas de financiamiento y a veces es difícil asumir el riesgo con las condiciones bancarias actuales.

“No es que no haya líneas de financiamiento para proyectos verdes, pero hoy en día si ofrecés una tasa variable en pesos yo no la tomaría. Y una tasa fija a niveles del 120% terminaría siendo muy oneroso”, explica el ejecutivo de ChargeboxNet.

Es complejo proyectar a mediano plazo con el contexto macroeconómico actual si no se involucra el Estado ofreciendo tasas subsidiadas para financiamiento,

Hoy Siemens tiene la base instalada más grande en Argentina de cargadores de alta potencia a pesar de todas estas vicisitudes. Pero el costo fue grande, con márgenes de ganancia muy por debajo de lo normal.

“Estas complicaciones en cuanto a impuestos y poca financiación hicieron más difícil todo”, apunta Canziani.

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Hay más barreras

El otro punto tiene que ver con la cantidad de vehículos que hay circulando en el país. ChargeboxNet, Vulletic y Siemens tienen un negocio que depende de que se sumen más unidades eléctricas al parque automotor.

“Necesitás que las estaciones de carga tengan tasas de utilización”, explica Fisher.

Hoy por cada dos vehículos enchufables, hay un punto de recarga. Ese ratio es uno de los más bajos de la región y también a nivel global. En Estados Unidos o Uruguay, por ejemplo, tenés más cantidad de vehículos eléctricos por cantidad de cargadores.

Fisher habla también de que es clave el acompañamiento de las automotrices o las importadoras para que la electromovilidad tome mayor impulso en Argentina.

Además, gran parte de las firmas trabajan hoy con membresías mensuales o anuales para brindar el servicio de recarga.

Pero es cierto que en la medida en que no se tenga un formato para cobrar por kW -es posible que no ocurra en el corto plazo-, es más complejo hacer rentables las situaciones de carga.