El sistema de transporte público colombiano no está atravesando su mejor momento. Esto, repercute en la incorporación de la electromovilidad al mismo.
Así lo entiende Edder Alexander Velandia Duran, Ingeniero y Docente Universitario en la Universidad La Salle:
“Si tienes un negocio con diésel insostenible, el cambio a eléctrico es más caro. El negocio ya no está dando con el diésel y es realmente difícil que pueda hacerse una transición”.
El profesional confirma que se realizó desde la casa de estudios un trabajo en nueve ciudades de Colombia para analizar la incorporación de buses eléctricos.
“Tenemos un montón de ciudades que querían hacer algo, pero en este momento no quieren, se han invertido miles de millones de pesos colombianos en estudios y se quedan con eso sin dar el paso”, comentó a Portal Movilidad.
Según Velandia Duran, causas de esta insostenibilidad del sistema son la proliferación de motos y la evasión de pago.
De hecho, Bucaramanga y otras ciudades atraviesan una crisis donde el mismo presidente de la República, Gustavo Petro, entregó una preocupante noticia para el país en los últimos días cuando aseguró que los sistemas masivos de transporte que tienen varias ciudades de Colombia están atravesando una profunda crisis, atinando a señalar que “están quebrados”.
Puntualmente, sobre buses eléctricos, es cierto que se pueden encontrar en Bogotá, Medellín o Cali. Pero luego de las últimas incorporaciones no se observó un interés por aumentar la electrificación de la flota en el corto plazo.
“Algo está ocurriendo ahí y es importante conocerlo y cambiar la propuesta que se están haciendo”, advirtió el académico sobre la falta de decisión para continuar la migración a tecnologías cero emisiones.
¿Es el modelo de negocio?
Uno de los motivos que Velandia Duran encuentra como respuesta a este estancamiento en la transformación del parque del transporte público es el modelo de negocio que se pretende replicar.
“Ya no es simplemente hacer un modelo de negocio, hay un error grandísimo porque en diferentes contextos tratamos de hacer el mismo abordaje y aplicar el mismo modelo y el transportador hoy tiene la preocupación de que no tiene pasajeros ni subvenciones y son cada vez más los problemas con la evasión del pasaje”, refirió.
Por otra parte, recordó que el país en su apuesta por reducir emisiones, sacó leyes con metas para hacer una transición en la Ley 1964 de 2019 para porcentualmente aumentar la flota.
La meta más cercana es que a partir de 2025 las ciudades que cuenten con Sistemas de Transporte Masivo deberá tener mínimo el 10% de los vehículos adquiridos con tecnología eléctrica.
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Claramente, allí no se contemplaba la pandemia por Covid-19, el trabajo virtual y los pasajeros que -como consecuencia- ya no usan el sistema. A esto se suma el factor de proliferación de motos y la evasión de pago.
¿Es la falta de una política transversal?
Otro de los motivos que el profesional reconoce es la importancia que le da cada gobierno local al tema. En muchos casos no es la misma y los avances se convierten en retroceso.
Por ejemplo, el caso de Montería que hace algunos años se trataba de una de las ciudades modelo en Colombia de transporte público y sostenibilidad.
“El Alcalde tomó decisiones diferentes al anterior que están afectando al transporte público y su flota se está canibalizando”, lamentó Velandia Duran.
Y puntualizó en que ahora no se compran nuevos buses ni repuestos sino que si se necesita un repuesto, la solución es sacrificar un bus para sacarle piezas y arreglar otro. Esto implica menos vehículos, menor oferta de servicio y menos usuarios.
¿Puede volver a ser sostenible?
“Creímos que los modelos para reorganizar el transporte en el país iban a ser exitosos y que iríamos de paso a los eléctricos, pero tenemos que mirar atrás y ver que el modelo de organización de transporte publico de las ciudades empieza a fracasar”, reflexionó el académico.
“Hay que ver cómo el gobierno nacional tiene que entrar a salvar el sistema de transporte para hacerlo financieramente sostenible”, afirmó y cerró: “Si es sostenible económicamente, entonces hagámoslo sostenible ambientalmente”.