Colombia | Buses
lunes 10 de abril de 2023
¿Cumplirá Colombia con su cuota de buses eléctricos para 2030?
El país cuenta con una serie de objetivos a cumplir, mientras que el "deadline" se acerca. ¿Cuáles son los retos que deberá atravesar para acercarse a las metas?
¿Cumplirá Colombia con su cuota de buses eléctricos para 2030?
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En 2019, el Gobierno de Iván Duque firmó la Ley 1964 “Por medio de la cual se promueve el uso de vehículos eléctricos en Colombia y se dictan otras disposiciones”. 

El objetivo era “generar esquemas de promoción al uso de vehículos eléctricos y de cero emisiones, con el fin de contribuir a la movilidad sostenible y a la reducción de emisiones contaminantes y de gases de efecto invernadero”.

Desde entonces, se decretó que las ciudades que cuenten con Sistemas de Transporte Masivo deberán implementar políticas públicas y acciones tendientes a garantizar que un porcentaje de los vehículos utilizados para la operación de las flotas, sean eléctricos o de cero emisiones contaminantes.

Para esto, se establecieron ciertos “deadlines” a cumplir:

  • A partir de 2025, mínimo el 10% de los vehículos adquiridos. 
  • A partir de 2027, mínimo el 20% de los vehículos adquiridos. 
  • A partir de 2029, mínimo el 40% de los vehículos adquiridos.
  • A partir de 2031, mínimo el 60% de los vehículos adquiridos.
  • A partir de 2033, mínimo el 80% de los vehículos adquiridos.
  • A partir de 2035, el 100% de los vehículos adquiridos.  

Si bien el país avanza con la flota más grande de Latinoamérica -1.589 unidades, siguiendo a China en el ranking- la promoción de este segmento eléctrico es desigual en el territorio. 

“Los sistemas masivos en Colombia tienen sus propios problemas económicos por varios factores”, afirma Diego González, consultor en electromovilidad, en diálogo con Portal Movilidad.

En ese sentido, enumera dos factores principales: “los modelos financieros con los que se desarrollaron los contratos no quedaron bien establecidos” y “los cambios de gobierno”. 

Es así que ciudades como Bogotá destacan por sobre el resto, seguidas por algunas como Medellín y Cali. Entretanto, otras están intentando seguir el ritmo en la transición como sucede en Villavicencio. 

“Los sistemas masivos están pensando que las flotas definitivamente no podrán ser incorporadas de manera privada, sino que el Gobierno deberá hacer inversiones para que se cumplan las normativas”, advierte González.

Y agrega: “Las altas tasas de financiación y la mala imagen de los sistemas masivos no permite que la banca incorpore sistemas de crédito para buses eléctricos”. 

La realidad es que hoy el transporte público de ciudades continúan con dificultades económicas para mantener el servicio.

Si bien muchas de las ciudades de Colombia se han visto en crisis, la más afectada ha sido Cali. Allí el MIO, en 2022, no llegó a los 600.000 pasajeros diarios que necesita para alcanzar su punto de equilibrio. 

De hecho, desde la pandemia y el paro nacional de 2021, no supera los 250.000 pasajeros por día.

Esto ha causado que el sistema se vuelva prácticamente insostenible, a tal punto que ha tenido que liquidar contratos con concesionarios por deudas millonarias.

No obstante, tras meses de desconcierto sobre el futuro del Masivo Integrado de Occidente (MIO), fue aprobado en el Concejo el proyecto que lo salvaría. Este consta de 38 artículos y fue admitido tras una votación mayormente positiva con 14 vistos favorables.

En ese sentido, las empresas afectadas se han mostrado optimistas frente a la posible solución a los problemas.

Igualmente, la postura del nuevo Gobierno, bajo el mando de Gustavo Petro, apunta a estimular una transición energética en el servicio de movilidad pública.

“Vamos a favorecer todos los planes que nos presenten los municipios encaminados al transporte masivo de estas tecnologías”, adelantó el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, en 2022. 

Y añadía: “Municipios o ciudades que presenten iniciativas con vehículos que no sean eléctricos o a hidrógeno no tendrán el visto favorable del ministerio. Igualmente todas las ciudades están comprometidas con la transición energética”. 

 

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