Los clientes libres en Chile poseen una potencia conectada superior a 500 kW y pueden elegir a cuál régimen adscribirse (libre o regulado).

Esa alternativa le permite optar a mejores precios en el valor del costo de la energía, a modelos de contratos más flexibles y por plazos más adecuados a sus necesidades.

La pregunta que surge en este escenario es: ¿Se conjuga bien la relación cliente libre-electromovilidad?

Rodrigo Moya, gerente general de Imelsa Energía responde: “Sí, porque hoy como cliente libre puedes tener mejores tarifas que en el mercado regulado, por lo tanto, tienes una ventaja con respecto al costo de combustible”.

“Es más atractivo”, agrega.

No obstante, según entiende Moya, esto podría tener más beneficios porque el nuevo reglamento de interoperabilidad y el de infraestructura de carga no mandatan que sean clientes libres estas instalaciones.

“A nuestro juicio debiesen serlo porque así el usuario podría elegir con la energía de qué suministrador cargar y que cada uno de los oferentes dé su valor agregado”, argumenta.

“Esa parte todavía no está conjugada”, puntualiza.

Como comercializadoras se está abogando para que efectivamente los límites de clientes libres vayan bajando. Esto permitiría que industrias que hoy están en segmentos rígidos puedan tener más competencia.

Este planteo no es la primera vez que se hace, de hecho, es una propuesta que impulsa la Asociación Chilena de Comercializadores de Energía (ACEN).

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En tanto, Moya entiende: “Lo ideal es que en los temas de suministro, el cliente tenga la capacidad de elegir”.

Y agrega: “En el caso de vehículos eléctricos, nosotros como comercializadores, podemos darle un valor agregado al cliente, por ejemplo, si quiere cargar su auto con energías renovables y hoy no puede hacerlo en un sistema tradicional”.

Por otro lado, el ejecutivo considera relevante que se precise más información sobre cómo se va a operar la plataforma de interoperabilidad y cómo se integrará con el mercado eléctrico.

La experiencia de Imelsa en electromovilidad

El fuerte de la empresa son los clientes libres y contratos de suministro. No obstante, a lo largo del tiempo observa que los clientes les piden muchos temas más allá del suministro y uno de estos es la electromovilidad.

Rodrigo Moya, gerente general de Imelsa Energía

Esta rama, en Imelsa Energía se opera con partners y acuerdos como el que se realizó con KPN Energy.

“Tratamos de trabajar con la gente que es experta en eso y nosotros funcionamos como un canal de comunicación entre nuestros clientes”, refiere Moya.

Son dos tipos de ofertas la que Imelsa está trabajando en materia de electromovilidad.

La primera se trata colocar cargadores en las instalaciones de los clientes y la segunda de realizar estudios de flota para el traspaso de vehículos de combustión a eléctricos.

De estas ofertas, la más “simple” es la instalación de cargadores. En el último año, en conjunto con los partners, se instalaron 18 cargadores AC, principalmente para clientes inmobiliarios.

Cabe mencionar que el fuerte de clientes de Imelsa está en el ámbito inmobiliario y comercial.

Sobre esto, Rodrigo Moya comenta: “Vemos que está ocurriendo, sobre todo en el rubro inmobiliario, que como los costos de implementar cargadores no son tan altos, algunos privados hacen su propia inversión en autos eléctricos y las comunidades tienen disponibles espacios para que puedan cargar”.

En lo que respecta a estudios de traspaso de flota, son cuatro los que se realizaron en lo que va del año pero aún no se concretaron en recambio.

“Cuando parten las empresas haciendo un estudio de flota se dan cuenta de que es una herramienta puntual que deja en evidencia otras políticas y estructuras que van más arriba para poder efectivizar este recambio”, comparte Moya sobre la situación.