La Hoja de Ruta de Redes Eléctricas Inteligentes (REI) en la Distribución, firmada por la GIZ y el Ministerio de Energía y Minas de Perú, incluye en su plan el despliegue de infraestructura de carga para vehículos eléctricos.

El plan, que establece metas hacia el 2030, también contempla metas de corto plazo hacia 2025. Entre ellas, se encuentra el diseño de un modelo arquitectural del sistema eléctrico.

Según indica la estrategia en este punto, uno de los principales retos que enfrenta el sistema eléctrico es la interoperabilidad, entendida de la siguiente manera:

“La capacidad que se debe desarrollar en las redes eléctricas inteligentes, para intercambiar información con el mínimo esfuerzo humano para facilitar supervisión, control y optimización de la red”.

En ese sentido, la propuesta de arquitectura plantea “las bases y directrices” para estructurar una plataforma que permita integrar distintas tecnologías y usos eléctricos como lo son los vehículos eléctricos.

Cabe destacar que en materia de plazos, la implementación de las líneas de acción se ha dividido en tres fases.

La primera es el corto plazo (2023-2025). En este periodo se crean y desarrollan las condiciones habilitantes para el despliegue de la REI.

El despliegue de las mismas se realizará en la segunda fase (2026-2028). Mientras que la etapa de inicio de consolidación de las REI se da en el periodo 2029-2030.

Objetivos del plan orientados hacia electromovilidad

En su objetivo estratégico N°2, referido al desarrollo de tarifas y nuevos modelos de negocio de la distribución eléctrica, también aparece la electromovilidad.

“(Los nuevos modelos de negocio) Otorgarán la oportunidad de integrar nuevos activos al sistema, como vehículos eléctricos”, indica el plan.

Por otra parte, se busca a mediano plazo incorporar nuevas redes de comunicación en de tipo “vecindario y hogar”, que incluiría la alimentación de vehículos eléctricos.

En su objetivo N° 6, una de las líneas transversales hacia el 2030 es el desarrollo de marco normativo, legal y regulatorio.

“La regulación deberá adaptarse y optimizarse para promover la masificación de la visión, la estrategia y los planes de negocios en cada una de sus líneas de negocio”, establece la hoja de ruta.

Entre ellas, la alimentación de vehículos eléctricos está presente, además de la generación distribuida y energías renovables.

Plan para el desarrollo de la infraestructura de carga

En su acción N° 6, el plan indica que durante los años de aplicación de la estrategia hacia 2030 se deberá desarrollar la infraestructura para la masificación de vehículos eléctricos.

“La transición hacia una economía más sostenible es un factor clave para el desarrollo del transporte eléctrico, y cuenta con un mayor impulso político para reducir las emisiones de dióxido de carbono y promover alternativas a los vehículos de combustible, tanto a nivel regional como nacional», estima el documento.

Y suma: “La cantidad de vehículos eléctricos en circulación ha aumentado en los últimos años y seguirá creciendo a medida que las tecnologías se tornen más maduras e ingresen nuevos actores a este nuevo mercado”.

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Cabe destacar que la hoja de ruta encuentra un precedente en la Contribución Nacional Determinada (CND) a la que se comprometió Perú en el Acuerdo de París.

En la contribución “E15”, el país se obliga a la promoción de vehículos eléctricos a nivel nacional. Propone reemplazar la matriz energética utilizada en el transporte (gasolina, diésel, gas licuado de petróleo y gas natural vehicular) por rodados cero emisiones.

“De esta forma se promueve el uso de tecnologías limpias para el transporte terrestre y se minimiza el impacto en el ambiente”, expresa el compromiso.

A su vez, en materia de inclusión de la electromovilidad en el sistema eléctrico, toma como referencia el modelo colombiano.

“Las tecnologías identificadas fueron medidores inteligentes, automatización de la red de distribución, recursos de energía distribuidos y vehículos eléctricos, además de las fases para su implementación”, menciona.