Con todo el aprendizaje que hemos ido recabando a lo largo de la evolución del sector, es un hecho que los vehículos eléctricos (EV) son uno de los jugadores más importantes en la revolución del transporte sostenible, prometiendo cambiar radicalmente la forma en que nos movemos, al mismo tiempo que ofrecen una alternativa para reducir significativamente las emisiones de carbono, una medida que es cada vez más urgente en el combate al cambio climático.

De acuerdo con el Informe de Sostenibilidad e Impacto realizado por Geotab en 2022, al sustituir los motores de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés) por sistemas impulsados por energías limpias, se disminuyen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y al mismo tiempo la polución del aire, dando un paso clave para limitar en cierta medida el aumento de la temperatura de la atmósfera y por ende controlando cómo esta es percibida en cada lugar del mundo.

Si bien, aún falta un gran camino por recorrer en este sentido, especialmente en Latino América, claramente la descarbonización del transporte representa un compromiso de sostenibilidad y responsabilidad ambiental que nos beneficia a todos los habitantes del planeta tierra, pero viéndolo desde un punto de vista de negocio, también puede generar beneficios financieros para las empresas.

Como firma global, hemos identificado casos en que hasta un 13% de las flotillas son susceptibles a la electrificación inmediata, proyectando que dicha transición implicaría para la organización no solo un ahorro de $33 millones de dólares en cuatro años, sino también un recorte de hasta 194,000 toneladas en sus emisiones totales de dióxido de carbono, según nuestro informe de sostenibilidad.

De este modo, la promesa de la revolución eléctrica radica en un diferenciador clave: la eficiencia.

Dicha transformación no sólo cataliza un mejor uso de la energía que potencia los vehículos, sino que también optimiza el desempeño de las redes eléctricas e incentiva la independencia de los combustibles fósiles como la norma.

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Por otro lado, también hace más eficientes las inversiones corporativas, reduciendo costos de combustible y mantenimiento, todo esto independientemente del impacto tan positivo que tiene en el medio ambiente.

Es decir, en la medida que avance este cambio de perspectiva, la transformación del transporte también generará cambios favorables en otros aspectos muy importantes de la vida de las personas, tanto si son consumidores como si fungen como operadores de flotas.

Estos elementos a los que hago alusión son la salud y el bienestar social en general, dimensiones que se ven maximizadas y propician una situación de ganar-ganar como pocas.

Con cero emisiones del tubo de escape, la capacidad de integrar fuentes de energía renovable y generar un impacto positivo en la movilidad urbana, los vehículos eléctricos, por sí solos, se presentan como una poderosa solución para combatir el cambio climático y reducir las emisiones de carbono.

Combinado con el establecimiento de políticas de responsabilidad ambiental e innovación constante en la infraestructura de carga, la industria de transporte tiene en sus manos la llave a un futuro más verde.

Los invito a conocer más sobre la electrificación y otras alternativas con las que Geotab puede apoyarlos para lograr flotas más amigables con el ambiente y que pongan a sus organizaciones en la dirección correcta para lograr sus objetivos de sustentabilidad.