Argentina | Opinión
viernes 22 de enero de 2021
Opinión: Movilidad eléctrica y energías renovables: una conjunción perfecta
Nicolás Capello Director de Vulletic.
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Los conceptos de desarrollo “sustentable” y “sostenible” muchas veces son utilizados como sinónimos, sin embargo su significado no es exactamente el mismo.

La noción de sustentabilidad viene dada por el cuidado del medio ambiente, por garantizar un desarrollo sin menoscabo de los recursos naturales. El desarrollo sostenible, por su parte es aquel  que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras (informe Brundtland; ONU 1987); implica entonces que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.

En este contexto ha existido desde un tiempo a esta parte un creciente interés por la utilización de energías limpias que garanticen tanto la sustentabilidad como la sostenibilidad.

Así lo demuestra el informe Estadísticas de Capacidad Renovable 2020 de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) donde se destaca que la expansión en la capacidad de las energías renovables fue dos veces mayor que la de los combustibles fósiles en 2019.

La nueva capacidad de energía renovable, -principalmente hidroeléctrica, eólica, solar, geotérmica y bioenergética-, representó 72% de toda la expansión energética el año 2019, según este informe.

Dentro de este contexto, y en búsqueda de soluciones y tecnologías que garanticen un crecimiento amigable con el ambiente y perpetuarle en el tiempo, ha irrumpido un concepto clave: la electromovilidad.. Siendo este posiblemente la innovación más disruptiva de la industria automotriz y del transporte de la última década y por qué no del siglo.

Desde la perspectiva medioambiental, el vehículo eléctrico es el más eficaz por cuanto carece de emisiones contaminantes y acústicas en la propulsión.

El vehículo eléctrico es por definición movilidad sostenible, pero también y sobre todo, es eficiencia energética; no solo en su rendimiento que supera el 80% mientras que los vehículos tradicionales no alcanzan el 30%, sino también como impulsor de las energías renovables, la generación distribuida, y el almacenamiento energético.

De las energías renovables, porque nace aquí la posibilidad de gestar estaciones o puntos de cargas abastecidos por energías limpias (hoy principalmente mediante energía solar), de manera tal que la energía proporcionada al vehículo proviene de una fuente renovable. Sumado a ello que el auto eléctrico no produce emisiones dañinas para el ambiente, la ecuación aquí para nuestro medio ambiente luce perfecta.

Esta fusión entre energías renovables y movilidad eléctrica vienen además a allanar el camino hacia la sustentabilidad del sistema de transporte.

Por su parte la generación distribuida, entendida como la producción de energía eléctrica destinada al autoconsumo, está muy vinculada a las energías renovables, ya que son las más adecuadas para ubicarse cerca de los puntos de consumo. En este sentido la posibilidad de recargar vehículos eléctricos en hoteles, estacionamientos, centros comerciales, u hogares que además produzcan su propia energía es otra gran manera de contribuir al ahorro energético y la mitigación de la contaminación.

En lo que respecta al almacenamiento, ya hemos mencionamos que las energías renovables tienen la gran ventaja de ser limpias y económicas. Sin embargo, su producción depende de factores naturales que no podemos controlar. Por esto, es necesario almacenar el excedente de energía producida para que, cuando el cielo no esté despejado o no sople el viento, podamos tener acceso a la fuente energética.

El sistema V2G (iniciales de ‘vehicle to grid’ en inglés) es una gran solución en este sentido.  El sistema permite que las baterías de los vehículos funcionen en dos direcciones. Cuando el vehículo está en marcha, la batería suministra energía al mismo. Cuando está parado, la energía se redirige a la red eléctrica. De esta manera, la batería del vehículo estaría satisfaciendo la demanda de electricidad de una manera casi continua.

En este sentido se calcula que la mayor parte del tiempo los vehículos particulares permanecen estacionados. En concreto, los vehículos permanecen aparcados aproximadamente el 90% del tiempo de su vida útil. Con el sistema V2G, este tiempo de aparcamiento, podría ser usado para suministrar energía eléctrica a la red pública. El V2G eliminaría potencialmente el problema derivado de la necesidad de almacenaje de energía extra que supondría la electrificación del sector del transporte.

Esto supondría un elemento importante a la hora de llevar a cabo la transición energética hacia un modelo basado en las renovables y en la descarbonización del sector. Además, su impacto sería doble, ya que afectaría por igual al sector de la energía y al sector del transporte.

Recorrido este camino se impone una clara conclusión. La movilidad eléctrica ha venido a potenciar el uso y los beneficios de las energías renovables. Ambos conceptos importa la amalgama perfecta de nuevas tecnologías que fusionadas y utilizadas en forma conjunta vienen a contribuir para alcanzar un desarrollo sustentable pero además sostenible en el tiempo para el sistema de transporte.

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