México | Vehículos Eléctricos
martes 07 de mayo de 2024
Guerra comercial. Vehículos eléctricos made in México dan batalla ante medidas «anti-China» de USA
El vaivén geopolítico entre China y Estados Unidos pone a México como jugador clave a la hora de pensar la transición hacia la electromovilidad. ¿Cómo empiezan a marcar terreno los mexicanos?
Vehículos eléctricos made in México dan batalla ante medidas "anti China" de USA
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“Que Estados Unidos esté adoptando regulación es algo que genera certidumbre para los fabricantes de México en cuanto a la seguridad de esa demanda”, señala Ricardo García Coyne, Program Manager de CALSTART. 

Además, considera que se trata de “una oportunidad para que se alineen los objetivos y la regulación con los de otros países”.

Actualmente, México está entre los cinco países con más exportaciones automotrices a nivel mundial.

De hecho, su principal mercado de destino es Estados Unidos con el 89% del total de envíos. 

Es que el 19.1% de las ventas realizadas en el mercado estadounidense corresponden a unidades hechas en México.

Esta tensión entre ambas potencias económicas está generando una revolución en la industria automotriz del país latinoamericano. 

Lo cierto es que Estados Unidos quiere dejar de comprarle a China, por lo que su vecino cobra preponderancia para considerarse un aliado estratégico en la transición eMobility. 

Aquí, García Coyne plantea que si México no empieza a producir a larga escala, la demanda que está surgiendo “se cubrirá con otros mercados”.

De modo que la fabricación de vehículos eléctricos la terminará abasteciendo el gigante asiático o países como Brasil. 

De ahí que el experto en movilidad sostenible entiende la coyuntura actual como una oportunidad fundamental para aprovechar. 

“Creo que hay consenso entre gobierno, industria y flotas. Es un hecho que vamos a transicionar a vehículos de cero emisiones. Lo que todavía produce dudas es cómo será la nueva composición de industria en esta nueva realidad y qué tan rápido se moverán los distintos países”, revela el especialista.

¿Qué implicó la presión de Estados Unidos en la nueva disposición mexicana?

Cabe mencionar que México mantendrá a China en la distancia al negarse a ofrecer incentivos como terrenos públicos de bajo costo o recortes de impuestos para la inversión en la producción de vehículos eléctricos. 

Pero, ¿Qué significa esta medida?

Sin dudas, las automotrices chinas están pisando cada vez más fuerte el acelerador con el objetivo de liderar el mercado de la electromovilidad. 

El gigante chino de vehículos eléctricos BYD aumentó un 62% sus ventas en 2023. Incluso durante el último trimestre de 2023 superó a Tesla con 526.400 contra 484.500 automóviles eléctricos vendidos. 

La presencia de China en el mercado eMobility europeo es notoria, es más, en febrero de este año uno de cada cinco coches eléctricos matriculados en Europa fue fabricado en territorio oriental. 

Como resultado, las empresas tienen entre manos la instalación de plantas a lo largo y ancho del Viejo Continente.

El panorama se replica en Latinoamérica, donde los chinos ven una oportunidad para dar el salto y establecer producción propia. 

En este contexto, México ocupa un papel clave, ya que además de ser considerado un mercado estratégico en cuanto a ventas, también en materia de producción por su mano de obra calificada. 

Aquí otro factor importante a tener en cuenta es su posición geográfica y los tratados de libre comercio, de manera que podría ser la puerta de entrada a terreno estadounidense.

Alrededor de 20 fabricantes chinos venden automóviles en México, pero ninguno tiene todavía una planta en el país.

Aunque eso está pronto a resolverse ya que marcas como BYD, Grupo Chery y Great Wall Motors se encuentran en suelo mexicano definiendo ubicaciones para la instalación de sus fábricas.  

Mientras tanto, JAC ampliará su planta de producción de Hidalgo con el propósito de operar siete líneas de ensamble, y así, adelantarse a la demanda con la presencia de coches y camiones eléctricos. 

Sin embargo, la nueva medida que determinó el Gobierno de México bajo presión de Estados Unidos, le pone palos en la rueda al despliegue que planea China en su incursión al mercado automotriz americano.

Ahora sólo resta saber si México continuará aprovechando la movida para potenciar su rol en el mercado global de la movilidad sostenible. 

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