El nuevo paquete de medidas “Fit for 55”, con el cual la Unión Europea busca reducir las emisiones contaminantes, ya ha comenzado a generar repercusiones en la industria de la movilidad.
En ese sentido, el anuncio estrella de la Comisión, que implica que para 2035 dejen de venderse vehículos de combustión, es el punto que más debate trae, entre empresas y asociaciones que buscan acompañar este cambio y otras que temen que será muy repentino.
Entre quienes se han pronunciado al respecto está la UGT FICA, cuyo responsable de política industrial, José Antonio Vázquez, expresó a Portal Movilidad lo siguiente: “Mantenemos un compromiso con el medio ambiente, pero también tenemos un compromiso social y por la cohesión geográfica”.
Desde la Federación de Industria, Construcción y Agro de la UGT aseguran que acompañan las políticas de reducción de emisiones, aunque remarcan que deben ir de la mano de “políticas industriales y la colaboración y cooperación entre gobiernos y administraciones”.
Lo que ven como clave es que la transformación industrial y energética que se dará a nivel europeo acompañe el crecimiento de la actividad mediante nuevos proyectos que generen empleo y bienestar social.
Una necesidad que se abre es la de garantizar el acceso a las nuevas exigencias de formación en materia de tecnologías que se perfilan como esenciales en el mercado laboral.
“Es fundamental una formación para los trabajadores en activo que les permita adecuarse a la transformación industrial y mantenerse trabajando”, remarca Vázquez.
Por otra parte, las agrupaciones de la automoción atravesadas por las medidas de descarbonización también han hecho oír su voz.
Desde la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA) lamentaron que las medidas se centren en la prohibición y no el impulso de energías renovables y electricidad en el transporte.
“El objetivo de cero emisiones para 2035 no es la forma más eficiente de llegar al transporte neutro de emisiones en la Unión Europea: quizás ni nos lleve a eso”, declaró Sigrid de Vries, Secretario General de la asociación.
Si bien se remarcó que se comparten las “ambiciones climáticas”, se destacó la necesidad de dar un mayor espacio de trabajo y facilitar el ritmo necesario para acompañar la transformación, como el impulso del hidrógeno vere.
“El paquete Fit for 55 falla en reconocer la contribución de las fuentes renovables cuando un acercamiento al problema desde la tecnología ayudaría a reducir las emisiones de forma más rápida, además de apoyar el empleo y la competitividad europea”, subraya el documento de la CLEPA.
Por su parte, la European CEO Alliance, horas antes del anuncio oficial de las nuevas medidas, manifestó su apoyo aunque destacó la necesidad de que se trabajar en un impulso progresivo y ambicioso hacia la neutralidad climática.
La alianza, que representa a empresas de renombre como ABB, Iberdrola y Volkswagen, destacó la necesidad de establecer alianzas público-privadas, además de medidas sólidas para controlar el precio del carbono, sobre el cual se llama a fijar un precio en toda la economía.
A nivel español, el Círculo de la Automoción llamó a la reflexión del Gobierno ante la “presión” de acelerar la reducción de emisiones, la cual se está dando a pesar de los “esfuerzos tangibles” del sector.
“El sector español de la automoción está totalmente comprometido con el ambicioso Pacto Verde y con la Ley de Cambio Climático”, destacan en un comunicado, aunque exigen que esto se dé dentro de un marco adecuado para llevar a cabo la transformación.
En ese sentido, el Círculo, que nuclea algunas de las principales asociaciones del sector en el país, apela a que el Gobierno de España considere la situación y mantenga la línea marcada por la Ley de Cambio Climático, la cual ponía fin a los vehículos de combustión para 2040.
Otra agrupación que remarca su compromiso con el descenso de emisiones es la ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), la cual concuerda con el objetivo de la neutralidad en vistas a 2050.
Sin embargo, se advierte sobre el peligro de concentrar los esfuerzos en la prohibición de una tecnología específica cuando aún el continente avanza en establecer las condiciones para la movilidad alternativa.
El Director General de la asociación, Eric-Mark Huitema, llamó a una coordinación política sólida para mantener la movilidad accesible para los europeos y “preservar los trabajos en el sector”.
A nivel de empresas, el CEO de BMW, Oliver Zipse, destacó la necesidad de un mayor despliegue de infraestructura de carga en todos los países miembros de la Unión Europea.
“Será esencial para cargar los millones de vehículos eléctricos que las automotrices llevarán al mercado en los años por venir y para contribuir a una reducción sin precedentes en las emisiones del CO2”, destacó.