La inteligencia artificial (IA) se constituye como una novedad que permea diversas actividades. La electromovilidad no es una excepción.

Solera, firma dedicada a las soluciones tecno para el ciclo de vida del automóvil, aporta en diálogo con Portal Movilidad cuáles son sus soluciones que involucran la IA para fortalecer a la postventa de vehículos cero emisiones.

La empresa se encuentra operativa en más de 100 países y lleva más de 40 años trabajando en uno de los pilares de su actividad que es la gestión de siniestros vehiculares.

En ese sentido, articulan con el 60% de las empresas aseguradoras a nivel mundial y trabajan con el 99% de los modelos que circulan en todo el globo.

Jaime Silvela aporta precisiones sobre la aplicación de la IA a la movilidad eléctrica desde Solera.

En relación a estas circunstancia, Jaime Silvela, Director de Desarrollo de Negocios Internacionales, indica que el abordaje de los daños a un vehículo eléctrico encuentra una complejidad que es que, al ser nuevos en el mercado, no pueden aplicarse piezas recicladas.

Asimismo, explica que en el mercado europeo, por ejemplo, existen pocos talleres pero de gran envergadura.

«Eso hace que haya otro desarrollo del conocimiento y la capacitación», afirma el director.

En contraposición, existen otros mercados donde el servicio técnico se encuentra «difuminado» en pequeñas unidades de negocio con pocos profesionales trabajando.

Esto podría implicar que estos talleres puedan reparar averías convencionales o «más sencillas», aunque no un problema mayor.

¿Cómo interviene la IA en estos casos?

Para gestionar siniestros donde no existe un gran desarrollo técnico para la reparación y sobre todo en países de gran extensión como México, las soluciones online o en remoto resultan una tendencia en este mercado. Allí la IA aparece en escena.

Particularmente Solera apunta a soluciones que buscan ayudar al reparador a que cuente con la información necesaria para arreglar el vehículo.

«Muchas veces hay un miedo en el mercado sobre que la IA esté aquí para reemplazar al ser humano. No es verdad, está para ser más productivo y mejor al ser humano», indica Silvera.

Y suma: «Lo que buscamos es que los talleres pequeños puedan encontrar soluciones que no estén a su alcance. Así, un experto puede estar en remoto ayudando a ese reparador local para arreglar el vehículo».

¿De qué manera? Silvera explica que con una app o un link, el usuario puede enviar una foto de su auto y acceder a información sobre el estado del equipo.

«Con la IA tenemos una primera función que es el data science y machine learning. Nos ayudan a, por ejemplo, sacar una foto con el celular y la IA es capaz de identificar el tipo de vehículos y otro tipo de información«, relata el director.

Y añade: «Lo diferencial de Solera es que gracias a esa base de datos, estamos convirtiéndolos en información útil para el usuario, con el entrenamiento del modelo donde la maquina lo que me dice es el tipo de avería que puede llegar a tener el rodado».

En ese sentido, el usuario puede cargar una foto y «en menos de un minuto» puede determinar cuál es la reparación necesaria, el tiempo necesario para ello y el costo.

Esta información no sólo es útil para quien maneja el coche sino que, a su vez, aporta datos a las aseguradoras y a los talleres para saber cómo proceder.

Vale mencionar que la empresa se apoya en la información que le aportan los fabricantes de los vehículos y su experiencia en más de 300 millones de siniestros.

Postventa de vehículos eléctricos: «un cambio de panorama»

Si bien en México aún el parque vehicular electrificado resulta incipiente, el Directorio Automotriz proyecta que para fin de año el  se podrían alcanzar las 59.149 unidades vendidas.

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Desde Solera también se prevé un crecimiento a pesar del costo de los coches cero y baja emisiones, al mismo tiempo que avizora desafíos para adaptar los servicios a la tecnología.

«Desde el punto de vista de postventa, cada mercado está siendo diferente es más complejo. El vehículo eléctrico necesita una infraestructura disímil en cada país. No es lo mismo un país grande que otro chico», complejiza Jaime Silvela.

Y remata: «Cambia mucho la gestión de la postventa».

El paso de tecnología de combustión a eléctrico implica la disminución de las piezas del rodado y otra lógica en el tratamiento del mismo a posteriori.

Esto se vincula al gran peso en materia de costos que tiene la batería en el porcentaje total del vehículo. Esto implica la tendencia a la pérdida total una vez que esta pieza se daña gravemente.

«Como Solera intentamos aportar información para que esos vehículos sean más fáciles de reparar y haya más conocimiento en el mercado«, indica el director.