Hay más de un centenar de marcas de coches en todo el mundo.
Muchas son de coches artesanales o de producción limitada, ya sean más o menos asequibles, como un Caterham en kit, o astronómicamente caros, tanto como el presupuesto municipal de una pequeña ciudad. Todas ellas, pequeñas y grandes, han fabricado en 2021 más de 79,1 millones de coches.
Y de esos 79,1 millones, el 51 % fueron fabricados por tan sólo ocho familias. Sí, la gran mayoría de los coches que compramos y vemos (unos 40,3 millones de coches en 2021) proceden de una marca controlada de una forma u otra por una de estas ocho familias.
La gran mayoría de marcas de automóviles fueron fundadas por un grupo de personas, solo algunas son el fruto de una estrategia comercial, como DS o Lexus, por ejemplo, o bien de una voluntad política, como SEAT o Volkswagen. La mayoría de las marcas fueron en su día el sueño hecho realidad de un empresario.
Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos de esos empresarios o sus herederos tuvieron que vender su preciada marca a un fabricante rival. Con las progresivas fusiones, adquisiciones y salidas a bolsas de esos grandes grupos, se podría pensar que muchos están en manos de fondos de inversión y bancos, como General Motors, pero no.
Un siglo más tarde de la invención del automóvil, un puñado de personas controlan más de la mitad de la producción mundial.
Y, ojo, aquí hablamos sólo de la fabricación de coches. No incluimos otras ramas del negocio, como pueden los camiones, la maquinaria pesada y agrícola, las motos, la financiación (casi todos tienen su propia financiera) o el reacondicionamiento y la venta de coches de segunda mano, sector en el que Stellantis es líder en Europa, con marcas como Aramis o Clicar.
Tampoco hemos incluido las familias o personas que poseen una sola marca, como Tesla
Toyoda (Toyota)
El caso de los Toyoda es único en el panorama de la industria del automóvil. El peso de las tradiciones en Japón es tal que aunque los Toyoda no tengan la mayoría matemática para poder dirigir la empresa, siguen controlando ese imperio industrial.
Se cree que Shoichiro, hijo del fundador de la rama automóvil de Toyoda, Kiichiro Toyoda, y que ahora tiene 97 años, y Akio Toyoda (apodado Morizo), nieto del fundador y actual CEO, poseen juntos menos del 1% del buque insignia del grupo Toyota.
Akio tiene 4.752.895 acciones, una participación del 0,1%. Su padre tenía 11.176.193 acciones en 2008, la última vez que su total se hizo público.
En Japón, la familia fundadora se considera a menudo un accionista «legítimo», explicaba Zuhair Khan, experto en gobierno corporativo japonés, en contraste con los inversores profesionales que se dedican a hacer operaciones para obtener ganancias rápidas.
Los accionistas que se mantienen en las buenas y en las malas son considerados accionistas «reales», y las familias fundadoras forman parte de esos accionistas reales.
Así, la participación minoritaria de los Toyoda supone una presión que no sienten las otras familias que sí tienen una mayoría de control en otros grupos, ya que se escucha lo que dicen y dirigen de manera efectiva el control de la empresa.
Toyota es el primer fabricante mundial de automóviles desde 2008. Posee las marcas Toyota, Daihatsu y Lexus. En 2021, ha producido más de 11 millones de vehículos, de los cuales casi 10,5 millones vía Toyota y Daihatsu y otros 760.000 coches bajo la marca Lexus.
Toyota Motor Co. es, además, el mayor accionista de Subaru con el 20% de su capital. También posee el 5,1% de Mazda (es su segundo mayor accionista) y el 4,9% de Suzuki Motors.
Porsche-Piëch (Grupo Volkswagen)
Es quizá el caso más famoso. Los descendiente de Ferdinand Porsche, fundador del estudio de ingeniería y más tarde fabricante de coches Porsche, son los actuales dueños del Grupo Volkswagen.
Tanto los Porsche como los Piëch (el fallecido Ferdinand Piëch era nieto de Ferdinand Porsche por parte de madre y tuvo 13 hijos) controlan el grupo alemán vía un holding financiero llamado Porsche SE. Vía ese holding disponen de un tercio del capital del Grupo Volkswagen y la mayoría absoluta de los derechos de voto (54%).