El PP ha llevado al Congreso de los Diputados un plan de rebajas fiscales al automóvil y a los carburantes entre las que destaca la supresión del impuesto de matriculación, compensándolo con un tributo medioambiental a aplicar de forma gradual, para gravar después de un período transitorio a los coches más contaminantes y menos seguros.
Así, la propuesta del PP busca la implantación de una tasa medioambiental vinculada al uso de los automóviles en circulación y solo a los modelos menos seguros y más contaminantes, con el fin de favorecer la renovación del parque automovilístico, pudiéndose introducir bonificaciones para las familias vulnerables.
Este plan de rebajas fiscales del Partido Popular tiene el objetivo de enfrentar lo que considera una «persecución» y «demonización» por parte del Gobierno contra los profesionales del sector y los usuarios y propietarios de vehículos privados.
La propuesta, registrada en una proposición no de ley para su debate en la Comisión de Industria, Comercio y Turismo, y recogida por Europa Press plantea un paquete de rebajas fiscales y la renuncia a aplicar varias de las propuestas trasladadas por los expertos convocados por Hacienda para elaborar el Libro Blanco para la reforma fiscal.
Concretamente, la equiparación de la fiscalidad del diésel y la gasolina, el aumento generalizado de la aplicada sobre los hidrocarburos, la subida del impuesto de matriculación y de circulación para penalizar vehículos más contaminantes, la creación de tributos municipales contra el tráfico o estudiar la extensión de los peajes en las carreteras.
La propuesta de los ‘populares’ también incluye deducciones fiscales en el IRPF y el impuesto de sociedades para el gasto en vehículos electrificados e instalaciones de recarga, la mejora en las deducciones en pagos en especie para estos vehículos, permitir la deducción del 100% del IVA al comprar estos vehículos y la amortización acelerada en sociedades para este tipo de inversiones.
Finalmente, proponen reducir el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos a los niveles mínimos de imposición y promover a nivel comunitario la suspensión de estos tipos mínimos, así como la aplicación de un tipo súperreducido del IVA para los acarburantes de automoción, todo ello «de manera provisional y en tanto persista la excepcional situación de precios».