La movilidad eléctrica supone un cambio de paradigma no solo en el modelo de la propia movilidad sino también en el sistema eléctrico convencional con el que se está operando hasta el momento.
En ese cambio, tiene su predominancia la energía fotovoltaica, que aparece como la aliada perfecta para el coche eléctrico.
“La energía solar fotovoltaica se ha convertido en los últimos años en la tecnología renovable por excelencia para aplicaciones de generación distribuida, autoconsumo e instalaciones aisladas”, afirma Mónica Aguado, directora del Departamento de Integración en Red de Centro Nacional de Energías Renovables (CENER).
Estudios recientes revelan que cargar un vehículo en España a partir de energía solar fotovoltaica es hasta 12 veces más económico que utilizar un coche de gasolina convencional.
Los desplazamientos en coches eléctricos cargados con energía solar suponen un coste aproximado de 0,01 euros por kilómetro, mientras que los conductores que continúan utilizando gasolina pagan hasta 0,10 euros por kilómetro.
Además, lo que remarca la directiva es que no solo las renovables son una “ayuda” a la movilidad eléctrica, sino que sucede también al revés.
“La electromovilidad va a permitir una mayor penetración de las energías renovables en el sistema”, sostiene.
Es decir, movilidad eléctrica y energías renovables deben ir de la mano de forma inexcusable. Será imposible, aclara, alcanzar los objetivos establecidos para 2030 y 2050 sin aumentar el porcentaje de renovables en el mix energético.
“Esta incorporación al sistema debe hacerse de una manera regulada y planificada, de tal manera que el proceso pueda ser asimilable por los usuarios, distribuidoras, empresas”, afirma.
El desarrollo económico, industrial y social asociado a la transición energética supondrá, asimismo, el aumento de la demanda energética como una de las consecuencias de esta nueva sociedad y, en particular, por las nuevas formas de movilidad.
Desde el punto de vista tecnológico, la generación de energía adquiere una especial relevancia en este nuevo contexto, en el que se debe conseguir que la producción a partir de fuentes de energías renovables sea uno de los pilares en la descarbonización de la economía.
La carga del vehículo eléctrico será suministrado, por ende, también a partir de renovables.
“A menudo hablamos solo de la generación de energía, pero es cierto que al mismo tiempo resulta imprescindible desarrollar sistemas que ahorren energía y la utilicen de una manera más eficiente”, explica Aguado.
Sistemas de Gestión de la Energía (EMS), como el desarrollado por CENER, se hacen necesarios actualmente para conseguir optimizar los procesos de carga mediante energías renovables, basándose en la predicción del recurso renovable, en la predicción de la demanda, entre otros.