Tal como adelantó Portal Movilidad, la Asociación de Distribuidoras de Energía eléctrica Latinoamericanas (ADELAT) lanzó su policy paper «Desafíos y Perfeccionamientos Regulatorios de la Distribución Eléctrica para la Transición Energética Latinoamericana».

Tiene como fin impulsar el nuevo rol de los Operadores de Sistemas de Distribución (DSO), promoviendo la evolución de marcos normativos y el cambio de un enfoque de optimización de costos a uno de maximización de los beneficios sociales de las inversiones.

El documento establece que se requiere, de forma urgente, que los DSOs y sus regulaciones migren hacia un enfoque más dinámico frente a la operación de la red, integrando nuevas tecnologías y soluciones, abandonando el paradigma diseñado en el siglo XX.

Lo cierto es que el actual se trata de un sistema eléctrico unidireccional y analógico que se implementó cuando avances tecnológicos como las redes inteligentes, la movilidad eléctrica, la generación distribuida y el almacenamiento aún no estaban desarrollados.

Vale mencionar que este manuscrito, diseñado colaborativamente por consultores expertos y profesionales asociados, es el resultado de una serie de debates realizados a lo largo del 2022, de los cuales participaron más de 100 especialistas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú.

De esta forma, se logró determinar cuáles son las buenas prácticas, los desafíos, principios y lineamientos regulatorios necesarios para avanzar en la transición energética.

En su momento, Ignacio Santelices, director ejecutivo de ADELAT, explicó a Portal Movilidad:

“Es un manuscrito corto y fácil de leer que hace referencia a cuáles son los desafíos de la distribución eléctrica, como lo es la transición energética. Determina que es necesario mejorar la calidad del servicio”.

¿Qué contempla el documento de ADELAT?

El manuscrito expone los principales desafíos de los Sistemas de Distribución Eléctrica en América Latina.

El primero consiste en alcanzar niveles más altos de calidad del servicio y aumentar la resiliencia en los sistemas de distribución.

Este aspecto es clave para la transición energética ya que asegurar la continuidad y confiabilidad del suministro permite la eficiencia y viabilidad de la electrificación de los consumos energéticos.

El segundo pretende transformar la red de manera sostenible como plataforma para conectar, disponer, intercambiar y habilitar un nuevo conjunto de usos, modelos de intercambio y actores asociados a la transición.

Lo cierto es que los cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de la energía traerán cambios a la forma en que los usuarios interactúan con la tecnología y, por lo tanto, modificarán sus hábitos de consumo, lo que vendrá acompañado de nuevas tecnologías, servicios y modelos de negocio.

En este nuevo escenario, el DSO será la plataforma habilitante para que estas interacciones se realicen de forma eficiente y segura.

El tercer desafío consiste en fomentar la eficiencia económica del sistema eléctrico completo, acoplando oferta y demanda.

Por otra parte, desde ADELAT se propone establecer distintos instrumentos en términos regulatorios.

El primero se trata de un mecanismo de fomento para la mejora continua en la calidad del servicio y el aumento de la resiliencia de los sistemas de distribución.

El segundo tiene que ver con incentivos para la remuneración de los costos reales asociados a la base de activos del servicio de distribución.

El tercero y último consiste en una remuneración oportuna y adecuada de las inversiones coherentes con las necesidades y prioridades de la transición energética.

Finalmente, a modo de conclusión, el documento de ADELAT establece:

“En este nuevo escenario, los DSO tienen un rol protagónico que cumplir, pues para avanzar en la transición energética es clave contar con un suministro seguro y confiable, trasladar mayores beneficios al consumidor y permitir e impulsar la entrada masiva de los recursos energéticos distribuidos (“DERs”), como el almacenamiento y la generación renovable”.

“Adicionalmente, los DSOs deberán gestionar la carga de millones de vehículos eléctricos en las ciudades, permitir que millones de hogares se climaticen con electricidad y que miles de empresas electrifiquen sus procesos”.