Si bien la electromovilidad avanza rápidamente, en muchos casos, las redes eléctricas no están preparadas para satisfacer una demanda masiva de vehículos eléctricos.
En este sentido, teniendo en cuenta que el consumo de energía aumentará considerablemente, las distribuidoras exigen que se actualicen las normativas vigentes.
Ignacio Santelices, director ejecutivo de la Asociación de Distribuidoras de Energía Eléctrica Latinoamericanas (ADELAT), adelanta a Portal Movilidad que publicarán un documento para que las regulaciones latinoamericanas se adecuen a la situación actual.
“Es un manuscrito corto y fácil de leer que hace referencia a cuáles son los desafíos de la distribución eléctrica, como lo es la transición energética. Determina que es necesario mejorar la calidad del servicio”, comenta Santelices.
Además, aborda temas referidos a cómo modificar las redes y automatizarlas para recibir a los “recursos energéticos distribuidos nuevos, como son la generación distribuida, la electromovilidad y el almacenamiento”.
Finalmente, establece de qué forma se puede generar una coordinación óptima entre la oferta y la demanda de energía.
“Para eso, debe haber redes inteligentes y tarifas horarias de manera de optimizar el uso de toda la red eléctrica. Para avanzar en ello, serán necesarios nuevos marcos regulatorios y un entorno regulatorio propicio para las inversiones”, indica el director.
Dado que en este momento se encuentran realizando el diseño del documento, se espera que sea publicado entre las semanas del 24 de abril y del 1° mayo.
Cabe recordar que durante el evento de Portal Movilidad titulado “Movilidad Eléctrica y Sostenible en Latinoamérica y el Caribe – Casos de éxito 2023”, Santelices ofrece la postura frente a la electromovilidad sobre el sector al que representa.
“En menos de 15 años, en las ciudades capitales circularán entre 700 mil y un millón de vehículos eléctricos. Si la mitad de ellos desea cargar en sus casas a la misma, el sistema se caerá completamente”, comenta Santelices.
“Entonces, tenemos que preparar las redes eléctricas. Para ello, habrá que realizar nuevas inversiones, contar con una regulación, y tener flexibilidad y digitalización, de manera de tener coordinados los sistemas de carga y poder balancear”.
Por otro lado, Santelices hace referencia a Brasil y Colombia como dos países “modelo” según sus normativas y protocolos de distribución.
Sin embargo, reconoce que “todavía no están preparados para una electrificación masiva de consumo. Esto es algo que todos los países de la región tendrán que abordar pronto”.
Vale mencionar que, según estimaciones, para los próximos 15 años Europa tendrá que invertir 400 mil millones de dólares en redes de distribución para satisfacer la demanda de vehículos eléctricos.
En cambio, en Latinoamérica, que posee estándares de distribución de menor calidad -teniendo en cuenta que los cortes de energía son prolongados-, se espera que esas inversiones sean aún mayores.
“Mientras más demoremos, más caro nos saldrá porque tendremos que pagarlas en un menor tiempo. Hay que avanzar ya mismo”, indica el director de ADELAT.
Claudio Bulacio, gerente de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (ADEERA), coincide con esta postura.
“Conectar un auto eléctrico a la red del hogar implica duplicar el consumo y, actualmente, no todas las redes están preparadas para satisfacer esa cantidad de energía de un día para otro”, comenta Bulacio.
Y agrega: “En efecto, es indispensable que exista una adecuada planificación desde el punto de vista regulatorio”.
El gerente de ADEERA explica que la generación distribuida es indispensable para realizar la transición ya que, gracias a ella, el usuario no solamente toma energía, sino que además inyecta.
“Son situaciones complejas de manejar que aún no están contempladas. Por eso celebro que estén trabajando en este tema desde Nación”, sostiene Bulacio.
Lo cierto es que la regulación actual apunta a reducir los costos de las tarifas eléctricas.
No obstante, Bulacio manifiesta a Portal Movilidad: “Con el advenimiento de la generación distribuida y la movilidad eléctrica, no debería ser tan así. Se tendría que tender a que se realicen inversiones en las redes que permitan soportar la demanda, y no necesariamente al menor costo, sino al que dé el mejor beneficio a la sociedad”.