El propio presidente de la Nación Alberto Fernández demostró con sus declaraciones el interés en que Argentina se convierta en “una plataforma sudamericana de fabricación de vehículos eléctricos que abastezca a la región”.
Además, hizo hincapié en que es uno de los “ejes estratégicos” de su gestión.
Con ese objetivo en la mira es que se presentó el proyecto de ley de promoción de la movilidad sustentable.
El equipo a cargo de llevarlo adelante fue el Ministerio de Desarrollo Productivo, en ese momento encabezado por Matías Kulfas (10 de diciembre de 2019-6 de junio de 2022).
Esto demostraba el foco que le quería dar el oficialismo porque podría haber sido encarado por otras carteras como Transporte o Energía como suele darse en otros países.
Al asumir, Kulfas convocó a un equipo de especialistas para esquematizar cuáles serían los 10 “temas del futuro” que deberían ser abordados por su gestión y uno de ellos era la electromovilidad.
Aunque en palabras de él, en su agenda apareció mucho antes, cerca del 2012, por las conveniencias económicas y medioambientales.
“Es una oportunidad para renovar la estructura productiva del país. En los primeros días de haber asumido me decían que me adelantaba, que la dinámica era de cara al 2040, pero ya estábamos llegando tarde”, cuenta a Portal Movilidad.
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Para ubicarse en contexto vale mencionar que en agosto de 2021 el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había firmado una orden ejecutiva que establece como meta que el 50% de los vehículos livianos que se vendan en el país a partir de 2030 sean eléctricos, híbridos y de celdas de combustible.
Por ese motivo, el exministro sostiene en el ciclo Personalidades:
“Argentina no tiene que quedarse esperando los cambios del mundo, sino que tiene que tomar iniciativas. No como adoptante de tecnología, como productor de las mismas”.
En octubre del 2021 se dio a conocer el borrador del proyecto, era meramente de carácter productivo, tanto que dejaba por fuera el desarrollo de infraestructura de carga, electrificación del transporte público y micromovilidad, entre otros ejes transversales.
Fue pensado en base a tres grandes capítulos. El primero era generar condiciones para producir los vehiculos eléctricos, tener los incentivos para combinar inversiones nacionales con internacionales.
En segundo lugar, estimular la demanda de unidades producidas localmente.
En ese sentido, Kulfas indica: “Argentina tropieza siempre con el problema de la falta de dólares. Si no producimos para exportar, cuando querramos importar, no vamos a tener divisas”.
El tercer elemento fue la creación de un fondo científico tecnológico a fin de establecer relaciones entre científicos, tecnólogos y la industria para ver en qué nichos puede innovar el país.
Dato no menor es que propone al 2041 como fecha límite para comercializar vehículos con motor de combustión interna nuevos en el territorio nacional.
Para establecer estos ejes se mantuvieron múltiples reuniones con la academia, asociaciones, sindicatos y representantes de la industria.
“Tuvimos muchas reuniones con empresas internacionales, incluso una de origen chino con la cual firmamos un pre acuerdo. Estaban interesados en poner una fábrica de baterías, pero esperaban esta ley marco”, relata.
Vaca Muerta vs Electromovilidad: freno puesto por internas políticas
El proyecto nunca fue discutido, de hecho, perdió estado parlamentario, y eso demuestra las pujas existentes, tantos internos como de empresarios.
Era un “secreto a voces” el freno que puso en su momento la secretaría de Energía encabezada entonces por Darío Martínez. En palabras del exmandatario, el foco siempre estuvo puesto en el gasoducto Néstor Kirchner y la independencia energética que este otorgaría.
Consultado por eso, Kulfas no negó ni afirmó ese aspecto puntual, pero aceptó que “hubo cruces con actores dentro y fuera del Gobierno”.
La justificación a eso: “La agenda está muy abarcada por el corto plazo y lamentablemente este es un tema estratégico que hay que tratar ahora. Si no, nos quedamos afuera”.
El lobby petrolero nunca queda afuera de las conversaciones y la pregunta siempre es ¿quién tomará la decisión política de ir en contra de Vaca Muerta y resignar esas divisas?
El exministro de Desarrollo Productivo no fue una de esas personas, pero si plantea una convivencia y un punto de partida financiero.
“Argentina tiene una oportunidad histórica con Vaca Muerta, hay que aprovecharla ahora y generar una fuente de exportación de petróleo y que esos recursos nos permitan financiar otros desarrollos productivos”, afirma.
“Vaca Muerta no es incompatible con la electromovilidad, hay que desarrollar todas las tecnologías. Está claro que van a convivir durante mucho tiempo los vehículos a combustión con los eléctricos”.
Siguiendo esa línea, para el exmandatario “Argentina tiene todos los elementos para ser una pequeña potencia energética diversificada en América del Sur”.
Esto debido al potencial de Vaca Muerta, su porcentaje de participación en el Triángulo del Litio y la Patagonia como fuente de hidrogeno verde.
“Hay una dificultad en la política en plantear este tipo de medidas y ordenar el futuro”, apunta.
¿Argentina perderá su liderazgo en el sector automotriz?
Ante esa pregunta, Matías Kulfas responde retomando declaraciones de Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina:
“Si Argentina no avanza en la electrificación es probable que se quede sin sector automotriz. Esto nos obliga a trabajar con urgencia”.
Y continúa con contundencia: “Sería un error estratégico limitarse a importar. Si perdemos 130 mil puestos de trabajo ¿cómo los compensamos? Debería ser un complemento, de hecho, en mi gestión ampliamos el cupo para el ingreso de nuevos vehículos”.
Cabe recordar que se había establecido un sistema de cupos para que aquellas automotrices interesadas soliciten la exención de aranceles a la importación de X cantidad de vehículos eléctricos, híbridos o a celda de combustible.
En general, por Decreto y cada seis meses, se conocían las autorizaciones del Gobierno.
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No conforme con esto, el exministro indica: “Es un pensamiento colonial exportar materia prima -explotar Vaca Muerta- para importar productos terminados -vehículos eléctricos-. Eso es el siglo XIX”.
“Un auto eléctrico argentino podría comenzar con un coeficiente de integración nacional más alto que un vehiculos convencional”.
Aquí la duda se genera porque establecieron un modelo similar apuntado a bicicletas eléctricas y se podría decir que fracasó.
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