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jueves 02 de mayo de 2024
1 de mayo. En el día mundial del trabajador la electromovilidad mejora el acceso y calidad de vida de los usuarios
La adopción de buses eléctricos no solo reduce la contaminación ambiental, sino que también beneficia directamente a los trabajadores. Descubrí en esta nota por qué esta transición es tan necesaria para mejorar la calidad de vida laboral.
Trabajadores
La ciudad de Copiapó (Chile) se convertirá en la primera zona de Sudamérica en utilizar buses del transporte público mayor 100% eléctricos.
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En América Latina el 81% de la población reside en áreas urbanas y el continente alberga algunas de las localidades con el crecimiento más acelerado del mundo.

Esta rápida urbanización, que genera congestión ambiental, tiene un impacto significativo en la movilidad de los trabajadores, especialmente cuando la mayoría depende del transporte público como su principal medio de desplazamiento para actividades laborales.

Es por eso que, se comenzaron a dar pasos firmes para despedirse de las energías fósiles, priorizando la movilidad eléctrica para descarbonizar el medio ambiente. 

Además, esta transición, que avanza a diferentes velocidades en varios países de Latinoamérica, como el caso de Chile donde es más rápida, promete mejorar exponencialmente la calidad de vida de los trabajadores.

Beneficios de un transporte público limpio para los trabajadores

La Empresa de Mantenimiento y Explotación de la M-30 (EMSA) analizó las ventajas de los autobuses eléctricos para la movilidad y la calidad de vida de los trabajadores, identificando los siguientes beneficios:

Los autobuses eléctricos tienen menor vibración y son silenciosos, lo que beneficia a los conductores, que pasan toda su jornada laboral dentro de las unidades, así como a los propios pasajeros que utilizan el servicio a diario.

Asimismo, la comodidad es máxima para los viajeros, especialmente en distancias cortas y medias, como las que realiza la mayoría de los trabajadores.

Esto se debe en gran parte a la flexibilidad en el diseño. Todos los autobuses eléctricos incorporan importantes novedades en sus modelos, especialmente en su interior.

Cada unidad fabricada se puede adaptar a las necesidades de la ciudad, sobre todo en lo que al espacio se refiere, con asientos de lado o con más espacio para diferentes artículos. 

Cabe destacar que estas mejoras reducen el estrés de los trabajadores, lo cual hace que sean más productivos y aumente su calidad de vida.

Bus eléctrico, un «plus» para reducir el estrés

trabajadores

Chile continua incrementando sus flotas de transporte público con bajas emisiones

Alrededor del 70% del ruido ambiental de una metrópolis es generado por el transporte vehicular, lo que resalta la importancia de introducir agentes de cambio en esta área.

En consecuencia, según relató el medio La Tercera, Carolina Schmidt, exministra de Medio Ambiente, realizó mediciones con un sonómetro para conocer en la práctica la verdadera diferencia entre un autobús eléctrico y uno a diesel.

Antes de ver las mediciones, las diferencias eran evidentes para los usuarios. «Llegar al trabajo sin estrés», «cuidar nuestros oídos» y «notar una gran diferencia» fueron algunos de los comentarios recibidos por la ministra durante la medición.

Frases que finalmente fueron respaldadas por las cifras. Las mediciones, realizadas en diferentes puntos como la Alameda y Avenida Grecia, mostraron diferencias de hasta 21 decibeles entre los autobuses diésel y los eléctricos.

Dado que la escala del decibel está expresada en potencia, esto significa que los autobuses eléctricos son hasta 100 veces menos ruidosos que sus contrapartes diésel.

Un autobús tradicional en circulación registró 79 decibeles en el sonómetro, mientras que uno eléctrico, en el mismo recorrido, marcó solo 58.

Aunque en algunos momentos la diferencia es menor, también es significativa: la aceleración de un autobús diésel genera 83 decibeles, mientras que uno eléctrico solo alcanza los 72, es decir, una diferencia de 11.

Lo mismo ocurre cuando el autobús se detiene: 72 para el diésel y 61 para el eléctrico.

Para poner las cifras en contexto, la OCDE establece que un nivel de ruido aceptable es de 65 dB durante el día y 55 dB en la noche, cifras que claramente son más fáciles de obtener con la electromovilidad.

Y los efectos se sienten especialmente para quienes viajan en estos autobuses: desde los pasajeros que pueden ir más tranquilos e incluso conversar, hasta el conductor, quien sufre más con el ruido del vehículo. 

«El ruido es un contaminante invisible, y pudimos comprobar en terreno los efectos positivos de la electromovilidad. La implementación de los autobuses eléctricos tiene un efecto positivo en la reducción de la contaminación acústica de Santiago», señala Schmidt.

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