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viernes 24 de marzo de 2023
Cómo haría España para bajar precio de € 80 mil en el retrofit hacia vehículos eléctricos
Tomás Piñeiro Blanco, Gerente de Certifix explica como el conjunto funcional podría ser la solución al coste que conlleva realizar un retrofit de un térmicos a vehículos eléctricos.
vehículo eléctrico
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El retrofit para convertir un vehículo térmico a vehículos eléctrico puede significar 80.000 euros por cada unidad. Si se trata de una flota de 20 furgonetas tendría un coste de 1.600.000 euros.

Pero España cuenta con una herramienta que podría significar un impulso al retrofit único en Europa. El “conjunto funcional” eliminaría la necesidad de testear cada vehículo y se haría solo en un bastidor que funcionaría para toda la flota de una empresa -si se trata del mismo modelo-.

“Con el conjunto funcional lo que se busca es no hacer ningún ensayo vehículo a vehículo, entonces es viable económicamente”, así cuenta Tomás Piñeiro Blanco, Gerente de Certifix.

Con el sistema actual para poder obtener un vehículo del retrofit, la normativa obliga a que las baterías tengan que ser testeadas por varias etapas. Esto está basado en la normativa de estándar internacional.

En primer lugar se debe ponerla a la máxima potencia e insertar una carga alta. Con un mechero o un sistema quemador, se la debe incinerar y ver el resultado.

Luego de evaluar si surge algún tipo de problema, se procede a la siguiente etapa que consta del mismo proceso de ardido. De no ser así la batería es destruida.

A esta segunda etapa se le suma un sistema de vibración que funciona durante tres horas. Luego de pasado ese tiempo se vuelve a incendiar para saber si esta sigue siendo estable.

Superada esta instancia, la batería pasa a ser probada en el vehículo. Se las debe encender para realizar la prueba de vibraciones dentro del coche y saber que no existe problema. Luego de esta tercera prueba de la batería, sí sería la que se podrá usar.

Una vez que el coche está montado debe ser introducido en una cámara anecoica (sala diseñada para absorber en su totalidad las reflexiones producidas por ondas acústicas o electromagnéticas).

Esto es para determinar sí el vehículo transmite o no ondas electromagnéticas que pudieran dañar a una persona que tuviera, por ejemplo, un marcapasos.

El proceso mencionado debe llevarse a cabo, hoy en día, a cada vehículo que se desea convertir a eléctrico. Si este se aplicase sólo una vez, según comenta Piñeiro, las empresas dueñas de grandes flotas optarían por este tipo de opción.

De aplicarse una sola vez, el conjunto funcional funcionaría para aplicarlo a una serie de vehículos. Además, el coste de homologación pesaría solo sobre el kit.

A pesar de existir esta solución aún no es aplicada y no se ha reglamentado. Pero el Gerente de Certifix afirma que podría llegar a ser utilizado este año.

“Nada es fácil. Todo avanza a un ritmo lento pero sabemos que el momento podría llegar”, explica Piñeiro.

El primer coche convertido

La empresa Elektrun Cars es la única que tiene el primer coche homologado convertido de combustión a eléctrico. Ya tienen más de 1.500 peticiones para electrificar distintos modelos de vehículos de combustión. 

Son la única empresa que produce en serie y en primavera prevén vender 20 unidades del prototipo del Mini presentado en enero.

Este es uno de los retos en el camino hacia el desarrollo de los vehículos eléctricos.

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