Siendo el cuarto productor de autopartes más grande del mundo, México no encuentra dificultades en el crecimiento del sector. Sin embargo, las autoridades sí alarman que el país está quedándose atrás en la transición hacia las nuevas tecnologías.
“En México, todavía no tenemos un proyecto trazado como en Estados Unidos. Eso nos va a llevar a atrasarnos en el cambio tecnológico porque seguimos haciendo autopartes tanto para vehículos de combustión interna como para vehículos eléctricos”, afirma Alberto Bustamante, director general de la Industria Nacional de Autopartes (INA), en diálogo con Portal Movilidad.
En ese sentido, Bustamante explica que el país está preparado para hacerle frente a la producción de autopartes de vehículos eléctricos, dado que no se trata de una novedad, pero no aprovecha al máximo este potencial.
“En Estados Unidos no se puede fabricar ni un solo vehículo a combustión interna o eléctrico sin autopartes hechas en México. Entonces, nosotros en la producción de unidades eléctricas no debemos modificar nada porque ya lo hacemos”, comenta.
Hace tiempo, es México quien proporciona, en especial, a su vecino estadounidense los componentes necesarios de ensamblaje para sus unidades.
De hecho, el segmento de autopartes ha crecido exponencialmente los últimos años, teniendo la capacidad de recuperarse en 2021 de la caída que sufrió tras la pandemia y el cese de actividades.
En gran medida, este incremento se lo debe a sus exportaciones a Estados Unidos, donde las ventas no solo se mantuvieron sino que también aumentaron. Tal es así que de los 90 mil millones de dólares que produce México, 70 mil millones van dirigidos al país norteamericano.
En ese sentido, las autopartes para vehículos eléctricos se destinan mayoritariamente a la exportación, mientras que en México, donde el avance de la electromovilidad aún es escaso, debe continuar una cadena productiva pensada para los vehículos a combustión.
“Estados Unidos ya delineó un proyecto donde para 2030 el 50% de los vehículos vendidos deberán ser eléctricos. En México, vamos más lento”, señala Bustamante.
Tal es la importancia de su relación con el comercio estadounidense que la asociación está preocupada por los créditos fiscales que planea implementar el Gobierno del presidente Joe Biden.
“Esta medida golpea a los vehículos eléctricos que se fabrican en México y van a Estados Unidos. Si estos pasan la frontera y nadie los compra, se van a reducir los pedidos que haga esta nación aquí. Por lo tanto, la demanda de autopartes de esos vehículos ensamblados en México va a disminuir”, asegura Bustamante.
Es por eso que INA trabaja a la par de ambos Gobiernos, considerando que se trata de una decisión “discriminatoria” al Tratado de Libre Comercio de América del Norte y “violatoria” de las reglas de la Organización Mundial de Comercio.
“Estados Unidos tiene todas las de perder”, concluye el directivo.