En estos momentos el Gobierno español se encuentra enfocado en el lanzamiento de su mapa de puntos de recarga.

Por primera vez se tendrá un conteo oficial de todas las instalaciones vigentes a lo largo y ancho del país, pero el sector pide algo más. 

Buscando imitar los pasos dados por Portugal, se pone sobre la mesa la posibilidad de contar con un sistema de e-roaming para cargadores de coches eléctricos. 

“Sería importante crear una solución de interoperabilidad para la carga pública. El disponer con modelos de tarificación específicas para cada red puede ser un obstáculo en esta transición”, comenta Rodrigo Pinto, Project Manager en Viver Elétrico Pro.

En contacto con Portal Movilidad España, el especialista reconoce que esto a pesar de ser un objetivo de la Unión Europea, es una realidad transversal a toda Europa, a excepción del país portugues.

Rodrigo Pinto, Project Manager en Viver Elétrico Pro.

Hace ya tiempo se implantó Mobi.e, solución que ya ofrece más de 5.800 puntos de recarga en 308 municipios, incluidas las regiones autónomas de Azores y Madeira. 

La propuesta en sí misma es una iniciativa del gobierno local para impulsar la transición.

Es así se logra ser pionero en medio de un mercado totalmente interoperable que ahora cuenta con más de 70 CPO y 25 EMSP integrados bajo una misma red.

Además de la facilidad de uso, el sistema permite subvencionar los costes de la recarga, lo que mantiene los precios en «valores aceptables».

“No creo que España deba imitar completamente el modelo portugués, sin embargo, la creación de un sistema de e-roaming de este tipo sería un paso importante”, plantea Pinto.

Incentivos bajo la lupa

World Shopper es la marca de innovación en automoción y movilidad que da vida a Vivir Eléctrico, un proyecto de formación en la materia. 

Con base en Portugal y extendiendo su propuesta a España, este medio consulta por su experiencia en materia de ayudas a la compra de coches eléctricos y su visión al respecto. 

Lejos de proponer que un país siga los pasos del otro, el ejecutivo plantea las diferencias vigentes dentro de cada propuesta. 

Desde su perspectiva, el punto inicial para poner en marcha medidas de apoyo a la transición a la movilidad eléctrica está en el hecho de abarcar a todo el ecosistema.

En este sentido, Rodrigo Pinto sostiene que “las políticas de subsidio deben intervenir en todos los aspectos, desde la adquisición hasta los puntos de recarga”.

En el caso Español esta respuesta se puede dar por medio del Plan Moves, donde se brinda un soporte enfocado a la mayoría de las necesidades de los usuarios. 

“Los fondos tienen previstos refuerzos, lo que permite una rápida adaptación a la demanda y sus valores de apoyo son superiores a los de Portugal”, admite el especialista. 

 Y aquí es donde parten las diferencias. 

Aspectos dispares

Allí no está la cuestión de provincias, por lo que las políticas se adoptan de manera uniforme en todo el país, a excepción de las islas (Madeira y Azores) que tienen sus propios programas y acumulables con fondos continentales.

Los incentivos generales a la movilidad eléctrica son atribuidos por el Fondo Ambiental, que define una asignación anual para el Incentivo a la Introducción de Vehículos Cero Emisiones en Consumo.

Con base en esta asignación, se define anualmente el valor de cada incentivo y el total disponibles. 

“Cuando se agota, lo que sucede muy pronto, no hay más incentivos ni refuerzos”, apunta Pinto en este punto.

En el caso de los turismos ligeros en 2022, el valor del incentivo era de €4.000, con un total de 1.300 disponibles.

A finales de junio este plan se agotó y quienes recibieron su coche eléctrico después de esa fecha no tuvieron posibilidad de aplicar el descuento.

Es así que el especialista sostiene: “Aquí no existe un plan concreto y trazado como el Moves III”.

En España este modelo se lleva en marcha desde el año 2021 y finalizará en 2023. 

En Barcelona ya se han recibido 2 refuerzos y se alcanzó un total disponible de casi 200 millones de euros. 

En Portugal, al ser definido anualmente, cada año está la duda de si se renovará o no, lo que implica:

“Esta situación, junto con la imprevisibilidad de los tiempos de entrega de los vehículos, puede volverse muy frustrante para cualquiera que compre un vehículo 100% eléctrico con el objetivo de solicitar fondos”.

Asimismo, otro dato que se suma desde World Shoppe es que por el momento no se ha hecho público el valor del paquete para 2023.

Es por ello que no se sabe si habrá cambios en los valores a atribuir.

Mientras tanto, la venta de vehículos de cero o bajas emisiones está en auge en toda Europa.

Y para generar un mayor impulso a este mercado se genera otra duda…

¿España debería imitar el modelo de Portugal?

“En términos absolutos, me parece que el apoyo en España es más interesante que el nuestro”, expresa Ricardo Pino. 

Frente a esta afirmación justifica: “Los valores de los incentivos son más altos, mientras que los precios de los coches tienden a ser más bajos, y cubren los PHEV como los modelos eléctricos, cuando en Portugal solo entran los 100% eléctrificados”.

Otro punto que se destaca del modelo nacional es que aquí existe el apoyo a la adquisición e instalación de puntos de recarga, tanto privados como públicos, lo que no ocurre precisamente en el país vecino.

Allí solo hay un formato de cargadores subvencionados. 

El mismo requiere conexión a la red pública, por lo que el costo de la energía es más caro que el que hay en contratos de suministro domiciliario, y solo es aplicable a condominios. 

En este punto solo hay una excepción: el Gobierno Regional de las Azores.

En esta ubicación se han destinado fondos para la instalación de puntos de recarga, sin embargo, sólo es aplicable a los habitantes de esa región.

 Al final del diálogo el especialista reconoce: “Ambos modelos tienen ventajas y desventajas”.