La firma automovilística Porsche, a través de la división Engineering, ha desarrollado un prototipo de motor de combustión de hidrógeno que tiene como objetivo igualar la potencia de los actuales propulsores de gasolina de altas prestaciones.
El punto de partida del estudio, que se realizó de manera virtual, fue un motor de gasolina de ocho cilindros y 4.4 litros existente, al que se realizaron varias modificaciones como una relación de compresión más alta, una combustión adaptada al vector verde y un nuevo sistema de turboalimentación.
En el caso del motor elegido para este proyecto, el equipo de desarrollo se decantó por un sistema de turboalimentación con compresores en paralelo.
La característica distintiva de este diseño es la disposición coaxial de dos etapas del compresor, que son accionadas por la turbina o por el motor eléctrico de apoyo mediante un eje común. El aire fluye a través del primer compresor, se enfría en el ‘intercooler’ y luego se vuelve a comprimir en la segunda etapa.
Porsche Engineering probó el propulsor, con alrededor de 598 caballos de potencia, usando un gemelo digital, una representación por ordenador del vehículo real, en el circuito de Nürburgring (Alemania).
En cuanto a las emisiones, los expertos se concentraron en los óxidos de nitrógeno y tras una serie de pruebas, se adaptó la estrategia operativa del motor para lograr la combustión más limpia posible.
La firma ha apuntado que la clave fue mantener bajo el nivel de emisiones brutas por medio de una combustión extremadamente pobre y, por lo tanto, más fría, lo que permite prescindir de un sistema de tratamiento posterior de gases de escape.