El avance de la movilidad eléctrica conlleva de forma inevitable un crecimiento en la demanda de energía. Ante este posible escenario, las distribuidoras de electricidad se preparan a nivel técnico para responder y reducir el impacto en el cliente, en términos arancelarios y de infraestructura.
Edesur, a través de un acuerdo, definió una tarifa técnica BTS2, de baja tensión simple, donde a través del precio del kilovatio hora la empresa recupera todos los costos asociados a la distribución.
A través de los cargadores, colocan los medidores y se cobra una tarifa técnica que reconoce todos los costos, pero que también le permite a las firmas relacionadas a los cargadores recuperar los gastos. Al mismo tiempo, el usuario final encuentra un ahorro significativo cuando hace la comparación entre el uso del combustible y la electricidad.
Sobre esto, Milton Morrison, administrador gerente general de Edesur Dominicana, explica: «A través de la tarifa se logra una especie tripartita de ganar-ganar: Edesur recupera todos sus costos al igual que la empresa que hace instalaciones, y el usuario no se lesiona con la realidad».
Es decir que la empresa como distribuidora cuenta con un reto, en miras a un futuro fructífero por parte de la electromovilidad: aquellos consumidores que tengan su vehículo eléctrico y quieran hacer la carga desde su residencia.
Esto es así dado que en la estructura tarifaria de República Dominicana hay un nivel de arancel eléctrico monómico, hasta antes de los 10 kilovatios de consumo en potencia alcanzados. Por encima de ese número, se ingresa a un esquema de una tarifa binómica donde se paga la potencia.
“El evento fundamental para incrementar la factura eléctrica sería ese cargo por potencia”, señala Morrison y agrega: “Por las regulaciones existentes, el cliente que tiene su vehículo eléctrico y que solo utiliza una potencia mayor a diez kilovatios cuando usa el cargador puede verse afectado”.
Para prevenir estas situaciones, Edesur tiene planeadas alternativas. Una solución implica estar en contacto estrecho con la compañía que realiza las instalaciones de carga.
Ante un caso como el mencionado, esta última notificaría a la distribuidora. Edesur verificaría de manera técnica y reconocería que el pico en la potencia corresponde a esa necesidad de carga. En consecuencia, se buscaría un mecanismo para que el cliente no sea perjudicado.
En esa misma línea, otro punto a tener en cuenta es la posibilidad de que en un mismo edificio exista una demanda que sobrepase el sistema de transformación que tenga la torre, lo cual también generaría un problema para la empresa.
“Es una realidad que hemos conversado dentro de nuestros equipos técnicos. Nos hemos preparado para eso porque se darán en situaciones relacionadas a temas de instalación eléctrica que tenemos que poder prever”, destaca el empresario.
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