La telemática es una tecnología muy bondadosa por sus múltiples aplicaciones y opciones de personalización. Esta herramienta puede ser usada en todas las industrias, desde la minería hasta en bienes de consumo; de igual forma, en flotas grandes o pequeñas. La capacidad de adaptabilidad la hace una estupenda aliada en el monitoreo de distintas variables, como lo son los parámetros de seguridad vial.

En México 21,846 camiones y tractocamiones estuvieron involucrados en un accidente vial en 2020, de acuerdo con el informe de Accidentes de tránsito en zonas urbanas y suburbanas, desarrollado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Asimismo, el Instituto Mexicano del Transporte en su informe Estadística de accidentes de tránsito (2021) señala que hubo un total de 49,822.605 accidentes en carretera. Estas cifras refuerzan la importancia de crear soluciones enfocadas en la seguridad de no solo quienes están tras el volante, sino de todos los actores viales (ciclistas, motociclistas, conductores, pasajeros, peatones, etc).

Mediante los servicios de monitoreo que ofrece la telemática se brinda un seguimiento continuo a los conductores. No hay que pensar en ello como una vigilancia rigurosa ni un ojo que todo lo ve e inspecciona para sancionar. Esta es una herramienta para cuidar al personal de factores internos y externos al vehículo. Por ejemplo, al configurar los parámetros de velocidad, se establecen alertas que evitan accidentes. De igual forma, al rastrear las unidades y detectar si hay un riesgo en la ruta, se redirecciona para evitarla.

Invertir en la tecnología no solo reditúa en ahorros en combustible y tiempos en trayectos. Esta adquisición tiene un impacto transversal en las operaciones, en los recursos materiales y humanos. El bienestar de los conductores debe estar en el foco, este capital humano es un activo al cual se le acompaña a través de capacitaciones, escucha constante y programas de desarrollo. La telemática no solo brinda datos para que los lean los administradores de flotas, también pueden compartirse con otras áreas de la organización, como Recursos Humanos, allí les son útiles para conocer el perfil y hábitos del personal. Así, en caso de que haya algo fuera de lo normal, pueden acercarse a analizar la situación y buscar la mejor solución en conjunto.

Para prevenir percances se requiere de la acción de todos los actores viales, así como el compromiso de las autoridades e instituciones para emitir regulaciones. Las compañías tienen un rol significativo derivado de sus actividades de logística, por lo tanto, un deber con sus conductores y con la sociedad en la construcción de carreteras más seguras a través de prácticas responsables.