La Mesa Regional de Movilidad Sostenible del Valle de Aburrá desarrolla una política pública de renovación vehicular que le permita continuar desplegando proyectos, entre otros, de movilidad eléctrica de manera organizada y con un abanico de recursos financieros.
Esto no significa que los planes que han desarrollado el último tiempo no continúen. Según el presidente de la Mesa, el doctor Jhonattan Andrés Hernández, se seguirán persiguiendo objetivos con los buses, taxis, electrolineras y bicicletas eléctricas.
No obstante, esta política regional permitirá aunar bajo una misma normativa estos y los futuros proyectos de la Mesa, administrando especialmente nuevas facilidades económicas que permitan dar lugar a flotas más modernas.
“En la política de renovación vehicular regional, se plantean apartados para cada uno de los segmentos. Incluimos unidades eléctricas y a gas”, señala Hernández.
Y agrega: “No se trata de buscar todo eléctrico, sino desarrollar una canasta energética que permita tener más sostenibilidad y entregarle a la región un transporte con mejores características”.
De hecho, contemplando los precios de los vehículos eléctricos pesados, para el segmento de carga se consideran otras tecnologías, como el hidrógeno verde.
Por el momento, hay un equipo que trabaja en un borrador. Dado que se espera terminarlo a fines de julio, se llevaría a la Junta del Área Metropolitana en agosto. Allí se socializará con todos los municipios del Valle de Aburrá para que sea aprobada y pueda implementarse.
El final de este proceso se estima para diciembre.
Taxis eléctricos
La Mesa llevó adelante una gestión con el Ministerio de Transporte para realizar un piloto de taxis eléctricos. El cupo permitido de vehículos fue de 1.500.
Tanto el vehículo convencional como el taxi cero emisiones tendrían una matrícula durante tres años. Al momento de sacar el vehículo tradicional, quedaría solo la matrícula del eléctrico.
El proyecto tiene muchas etapas. Se realizó una en 2019, con la que apenas se alcanzaron siete vehículos. Luego, se suscribió un nuevo convenio entre el Municipio de Medellín y Empresas Públicas de Medellín (EPM) para una segunda.
Debido a la situación económica, según el doctor, esta llegará hasta 50 vehículos. Sin embargo, se habían planteado unos 3.000 a 2030.
En ese sentido, se está trabajando con la banca y las autoridades, en busca de tasas preferenciales, considerando que cada propietario tiene que estar motivado a cambiar el taxi. Cabe destacar que, pese a los incentivos, la compra de una unidad eléctrica sigue sin ser atractiva por su costo superior.
Electrolineras
En la actualidad, la región cuenta con 26 electrolineras. El proyecto que está en estructuración apunta a sumar tres electrolineras de carga rápida. Además, la idea es que cada 50 taxis eléctricos haya un punto adicional.
“Las estaciones de carga que tenemos estarían capacitadas para administrar energía a un número de vehículos tres o cuatro veces más grande del que existe. Lo que nos falta no es tanto el número de estaciones, sino el tipo”, indica Hernández.
Buses eléctricos
Si bien el piloto de cuatro unidades finalizó en diciembre, ahora se están estudiando los resultados arrojados. El objetivo era probar distintos tipos de unidades en el transporte público.
Bicicletas eléctricas
Las primeras sensaciones respecto a este piloto son positivas. Sin embargo, dado que son de carácter público, aún la Mesa intenta descifrar métodos de financiamiento que sostengan la compra.