Desarrollar un diagnóstico del estado actual de la participación femenina en el mercado laboral de transporte de carga eficiente y de electromovilidad en Chile fue el objetivo del estudio “Más Mujeres”.

Se trató de un trabajo conjunto entre el Ministerio de Energía, la Agencia de Sostenibilidad Energética a través de la consultora Deuman y el Centro de Estudios de la Mujer (CEM), que arrancó en septiembre pasado y finalizó en enero de este año.

¿El saldo? Las mujeres representan solo el 11% de la fuerza de trabajo y desempeñan, principalmente, roles administrativos (43,4%) y en una menor medida funciones operativas (6,3%).

El sondeo se realizó en 15 empresas de transporte de carga eficiente y dejó al descubierto un resultado -a priori- cantado.

“La participación de las mujeres en el transporte y la electromovilidad es baja desde etapas previas a la inserción laboral”, se expone en el webinar que arrojó los resultados del estudio.

Esto se infiere ya desde las altas brechas de género en las carreras profesionales y técnicas relacionadas.

Otro reporte numérico poco alentador: solo el 23% de mujeres forman parte del sector energía en Chile, de acuerdo al estudio desarrollado por el Ministerio de Energía y que dio inicio al programa Energía +Mujer.

La investigación también dejó al descubierto que las empresas e instituciones tienden a reflejar sesgos de género en sus estructuras y culturas, lo que dificulta la incorporación de cupo femenino.

Mi Taxi Eléctrico como ejemplo de inclusión.

Expresiones de esos obstáculos son las condiciones no adaptadas a la presencia de mujeres, por ejemplo: jornadas de trabajo poco compatibles con las responsabilidades familiares, infraestructura no adapatada, ausencia de baños diferenciados o inadecuados en espacios como carreteras y talleres mecánicos, o la hostilidad de los compañeros de trabajo y/o jefaturas.

La implementación de cupos preferentes o exclusivos, becas y aranceles en la formación técnica y profesional podrían ser medidas efectivas para achicar la grieta.

Todos los equipos profesionales vinculados con el estudio coincidieron en que es clave facilitar la participación de las mujeres en la electromovilidad, ya sea como conductoras, en áreas mecánicas o en la instalación de cargadores eléctricos.

Incentivos especiales como créditos bancarios y cuotas exclusivas en programas como «Mi Taxi Eléctrico» de la Agencia SE son claves, así como establecer instancias de diálogo entre el Estado, asociaciones gremiales, empresas y organizaciones de trabajadoras.

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El lado B: también hay oportunidades de empleo para mujeres

El mismo documento mostró, asimismo, que el sector transporte de carga y electromovilidad es una oportunidad de empleo bien remunerado que puede promover la autonomía económica de las mujeres.

También se destacaron facilitadores como la atracción y selección de mujeres al sector, la existencia de nichos específicos, la valoración de habilidades femeninas y las cuotas de género.

“Entre 2017 y 2018, cuando la electromovilidad se sumó a la política pública y se empezaban a trabajar estos temas, aparecimos más mujeres, el sector se empezó a poblar a propósito de que estábamos conversando con una tecnología nueva”, subraya Cristina Victoriano, subdirectora de la Agencia SE.

En la misma línea, María Francisca Valenzuela, jefa de la unidad de Género y Derechos Humanos del Ministerio de Energía, admite que “el mundo de la electromovilidad se presenta hoy como una gran oportunidad”.

La preocupación por la reducción de brechas de género en el mundo de electromovilidad está presente a nivel regional y global. Hay iniciativas en Chile, México presentó en 2022 un vehículo hecho 100% por mujeres, y también se está potenciando la formación con planes específicos en Costa Rica.

“Impulsar la ampliación de programas de capacitación exclusivos para mujeres en el transporte de carga, mediante subsidios, becas y mayores cupos, será fundamental”, plantea, por su parte, Fernanda Palacios, coordinadora de Género en la AgenciaSE.