Según las cifras recolectadas por la plataforma Electromaps, la ciudad de Madrid dispone actualmente de 1.793 puntos de recarga para vehículos eléctricos.
En este marco, Borja Carabante, Delegado del Área de Gobierno de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento, señala la necesidad de orientar la atención hacia la carga rápida.
«Las recargas de ocasión tienen que ser ultrarrápidas o rápidas para evitar que los usuarios pasen horas esperando en los puntos de carga», indica a Mobility Portal España.
En este sentido, Carabante asegura que el Ayuntamiento ya está adoptando medidas en esta dirección.
Destacando la posición de liderazgo de la capital en términos de cantidad de vehículos eléctricos y ventas, enfatiza:
«Por esta razón, aspiramos a encabezar tanto esta transformación como la transición energética hacia la movilidad eléctrica».
Recientemente, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha prorrogado la ayuda del Plan Moves III hasta el 31 de julio de 2024.
Con un presupuesto total de 1.200 millones de euros, el programa aún dispone de cerca de 300 millones de euros disponibles para continuar atendiendo la demanda existente.
En este contexto, Carabante insta al Ministerio a convocar y otorgar “de manera decidida las ayudas”.
“Es esencial que los ciudadanos puedan apostar por la movilidad eléctrica”, agrega.
Por esta razón, el Ayuntamiento de Madrid está lanzando subvenciones dirigidas a personas residentes en la capital que adquieran sus vehículos allí.
Estas ayudas no solo respaldan la transición hacia coches eléctricos, sino también otras tecnologías.
“Queremos que la edad media del parque móvil se reduzca y que, por tanto, haya menos contaminación y una movilidad más sostenible”, indica Carabante.
Una de las iniciativas de apoyo que ofrece el Ayuntamiento es el Plan Cambia 360.
Este cuenta con un presupuesto de más de 110 millones de euros para los años 2021, 2022 y 2023.
El monto se divide en dos categorías de ayudas. La primera se destina a la movilidad sostenible, con la mayor reserva de la inversión de 67.5 millones de euros.
La segunda abarca subvenciones para la regeneración urbana y eficiencia energética, con un fondo de 43.3 millones de euros.
Se trata de una política en constante evolución, una estrategia dinámica que se enriquece con la adición de nuevas medidas.
Este programa, que se inició con 200 medidas, ha implementado ya 260.
De acuerdo a Carabante, desde el Ayuntamiento siguen de cerca las acciones de otras capitales europeas y las integran, con el objetivo de posicionar a Madrid como la capital de la innovación y la movilidad sostenible.
“Madrid 360 es una estrategia en permanentemente cambio, basada en evaluar y eliminar aquellas medidas que no funcionan e incorporar aquellas que sí lo hacen”, sostiene.
Mientras tanto, Barcelona también demuestra una estrategia definida.
La ciudad cuenta con aproximadamente 6,6 puntos de recarga por kilómetro cuadrado, en una superficie de 100 km2, contando con más de 700 estaciones de recarga.
A finales de 2023, se prevé que el servicio tenga operativos 1.000 puntos de recarga, por lo que a lo largo del año se incorporarán 283 nuevos que se sumarán a los ya existentes.
En el primer semestre del año, la red de electromovilidad de Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), Endolla Barcelona, ha registrado 658.265 recargas de vehículos eléctricos.
Esto significa un 40% más que los primeros seis meses del 2022, según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona en un comunicado.
En diálogo con este medio, Redha Zetchi, Director Corporativo del Servicio Cliente en B:SM, asegura que, al contrario de Madrid, su «foco está puesto en la recarga lenta, pero planificada».
Principalmente en los núcleos urbanos.
«Hay una discusión entre lenta y rápida. Aquí apostamos por que en las ciudades tienen que ser así, porque sería imposible trasladar el modelo de estaciones de servicio a un modelo de recarga eléctrica en la actualidad», detalla.
Esto se debe a que las redes eléctricas de las ciudades no lo podrían tolerar.
En su perspectiva, la sostenibilidad se logra mediante una recarga lenta a 3,7 kilovatios, planificada.
En tanto, para Zetchi, la carga rápida tiene sentido en entornos interurbanos, especialmente para cumplir con las disposiciones del reglamento europeo (AFIR).
De esta manera, pretenden cubrir la brecha donde los ciudadanos no pueden instalar puntos de recarga en sus hogares debido a que viven en zonas muy densificadas.
«Estamos aquí para encargarnos de una red pública que de servicio y satisfaga esa demanda», insiste.
Es por ello que la base de la estrategia de Endolla se encuentra en las bajas potencias y la planificación por parte de los usuarios.
No obstante, cabe destacar que, si bien es posible encontrar puntos de recarga con mayores capacidades, estos se reservarán para un uso ocasional en lugar de constituir una opción habitual.
Dentro de la estrategia se contempla evitar el uso el espacio público en esta transformación, prefiriendo utilizar aparcamientos para que las ciudades sean más habitables y «la infraestructura de carga no cause molestias».
Con este objetivo en mente, Barcelona ha lanzado la aplicación eCharge4Drivers, un proyecto que busca mejorar la experiencia del usuario en lo que respecta a las opciones y los servicios de carga disponibles.
Su finalidad es proponer una herramienta de planificación de ubicación de carga de vehículos eléctricos, para determinar la combinación óptima de opciones de carga que cubran las necesidades del usuario.
Así como también proporcionar recomendaciones para la armonización legal y regulatoria, y pautas para inversores y autoridades para la sostenibilidad de la infraestructura y servicios de carga.
Apuesta por la recarga
Con el propósito de dar continuidad a su crecimiento, el Ayuntamiento de Madrid ha emitido una nueva convocatoria pública que constará de tres contratos en total.
Dos de estos se enfocan en la instalación de puntos de recarga en plazas de estacionamiento ordinarias de la ciudad de Madrid.
El tercero tiene como objetivo la construcción de una electrolinera ubicada en la calle Pirotecnia, que contará con un total de 47 cargadores.
En referencia a este último, el pliego de condiciones establece que el concesionario podrá gestionar la parcela para ubicar los componentes asociados a la instalación de suministro.
Así como también los equipos de recarga necesarios para permitir la carga simultánea de 42 vehículos de categoría M y cinco vehículos de categoría N1 y N2.
«Consideramos esencial romper con el círculo vicioso en el que la falta de vehículos eléctricos se atribuye a la ausencia de puntos de recarga», comenta Carabante al respecto.
Por consiguiente, la ciudad de Madrid avanzará hacia la electromovilidad mediante la implementación de puntos de recarga que impulsarán la movilidad urbana.
En esta electrolinera, se prevé la inclusión de diversos cargadores, incluyendo opciones ultrarrápidas, rápidas y de carga normal.
Dado que se espera una competencia significativa en este proceso de licitación, se contempla la posibilidad de asignar otras parcelas para desarrollar mega-electrolineras.
En este sentido, se encuentran buscando parcelas que cumplan con dos características específicas.
Unas que estén ubicadas en el centro de las ciudades, donde la disponibilidad de aparcamiento para residentes es limitada.
Y otras cercanas a las carreteras que circundan Madrid, dirigidas a personas en tránsito.
«Queremos que la movilidad eléctrica no se limite únicamente al ámbito urbano, sino que también abarque el entorno interurbano», destaca.
Por su parte, Barcelona ha lanzado un concurso público de innovación, impulsado por B:SM, enmarcado en el programa InnovAcció 2030 del Ayuntamiento de la ciudad catalana.
Este tiene como objetivo obtener soluciones flexibles y de bajo costo que se adapten a las necesidades de recarga en entornos urbanos.
En este marco, se han seleccionado dos propuestas ganadoras, las cuales se implementarán a través de pruebas piloto en la red de aparcamientos a lo largo del primer semestre de 2024.
El presupuesto destinado es de un total de 160.000 euros.
La primera empresa seleccionada para liderar este desafío es EV Safe Charge, una start-up californiana especializada en soluciones para la recarga rápida de vehículos eléctricos.
La empresa ha desarrollado ZiGGY, un cargador de vehículos eléctricos móvil y robótico.
Este proyecto deberá ser capaz de moverse y dar cobertura a diferentes plazas de aparcamiento, sin estar fijo en un único emplazamiento.
Este dispone de un presupuesto aproximado de 90.000 euros para el desarrollo del prototipo.
En el segundo proyecto, la empresa teknoCEA, una spin-off catalana de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC – Barcelona TECH), propone una solución económica y centralizada.
teknoCEA busca desarrollar un modelo más centralizado, destinado a la instalación de múltiples unidades para reducir costos y maximizar la eficiencia.
En concreto, fabricará cinco prototipos para Endolla Barcelona, con un coste inferior a los 250 euros cada uno, representando una reducción del 80% en comparación con los precios actuales.
Este tiene un presupuesto aproximado de 70.000 euros.
Ambos proyectos se someterán a pruebas con usuarios reales en el Aparcamiento B:SM Plaça Nacas – Paral·lel durante el primer semestre de 2024.