Argentina | Hidrógeno
jueves 12 de noviembre de 2020
Ley de hidrógeno: Se aprobó hace 14 años, nunca se reglamentó y tampoco está en la agenda de Argentina
En el mundo se trabaja para utilizar el hidrógeno en la movilidad y la apuesta es a la carga pesada. Argentina desde 2006 tiene una ley que promueve esta tecnología aunque no fue reglamentada por lo que no hubo avances. Mientras, la región avanza.
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La Ley Nacional del Hidrógeno, Ley 26.123, fue sancionada el 2 de agosto de 2006 que declara de interés nacional el desarrollo de la tecnología, la producción, el uso y aplicaciones del hidrógeno como combustible y vector de energía.

También establecía la creación del Fondo Nacional de Fomento del Hidrógeno (Fonhidro), que sería financiado por el Estado a través de préstamos, aportes, legados y donaciones de personas físicas y jurídicas, organismos e instituciones nacionales o internacionales públicas o privadas, entre otros. Nunca se hizo.

En 2019, el Diputado Nacional por la Unión Cívica Radical, Gustavo Menna, presentó un proyecto de actualización para evitar que caduque el próximo año al cumplirse los 15 años.

Por otra parte, Y-TEC, el brazo tecnológico de YPF y el CONICET, lanzó en julio el Consorcio para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno en Argentina – denominado H2ar-, una iniciativa que busca conformar un espacio de trabajo colaborativo entre empresas integrantes de la cadena de valor.

Tomando en consideración que, aunque son procesos separados, el hecho que no avance a buen ritmo transición de la matriz energética hacia fuentes renovables, indirectamente demora la llegada de la movilidad eléctrica e hidrógeno al país.

En este contexto, Portal Movilidad consulta a Ezequiel Serwatka, ingeniero químico especializado en proyectos de Hidrógeno. “Falta planificación y decisiones políticas que impulsen la movilidad sustentable, que no tienen que venir solamente de los gobernantes sino del pueblo que elija tecnologías no contaminantes”, menciona.

Y en la misma línea observa que “en cinco años tendremos más proyectos de empresas que tomen la decisión de incorporar camiones con celdas de hidrógeno, pero no van a ser muy grandes».

Agrega que «por eso los incentivos necesarios no son los económicos: son los regulatorios y es necesario que se mantengan en el tiempo”.

Al 2019, en el mundo había 369 estaciones de carga para vehículos a hidrógeno. Se puede analizar que aquí, al igual que con vehículos a batería de litio o en su momento con el gas natural comprimido, se da la discusión qué viene primero si el vehículo o la infraestructura de carga.

“En Europa piensan en utilizarlo en vehículos particulares y para carga pesada. El nicho de aplicación será para este último y en la región lo veo viable en la minería que no necesita intervención del Estado”, indica el ingeniero.

En un principio es necesaria una normativa que permita circular por las calles con vehículos impulsados por esta tecnología. En el país no hay ninguna que lo prohíba, pero tampoco que la regule.

Luego normativizar el proceso de carga y consumo en estaciones de servicio. Todo esto acompañado de una estrategia de implementación, ¿Electrolizadoras pequeñas, hidrogenoductos o despacho en camiones?

Sobre esto, Serwatka Ezequiel Serwatka asegura: “En su gran mayoría se ha optado por las electrolizadoras instaladas en estaciones de servicio que se conectan a la red. Aunque hay que asegurarse que esa energía consumida sea de fuentes renovables, se reducirían emisiones, pero no sería hidrógeno verde”.

La actual capacidad de generación eléctrica verde que tiene Argentina, que debería alcanzar el 20% de la matriz total para 2025 con el fin de cumplir con la ley de renovables, ronda en el 8%.

En tanto a costos de producción del hidrógeno, el 80% se lo lleva la electricidad y casi el 20% restante el capex. Otro punto por el cual apostar a las energías renovables.

Esto evidencia que realmente nunca estuvo en agenda como política pública ni la generación de energías limpias, ni la conversión a una movilidad sustentable y mucho menos propulsada por hidrógeno verde.

Es entendible que el contexto sanitario mundial tenga otras prioridades, pero mientras tanto la región avanza. En Costa Rica se creó la Alianza del Hidrógeno ya cuenta con un piloto que involucra cuatro Toyota Mirai y se aspira a incorporar diez camiones de carga pesada.

En Chile, en los próximos días se llevará a cabo una mesa conjunta para afinar los detalles de la implementación de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde lanzada por el presidente Sebastián Piñera.

En Uruguay, la Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Pórtland (ANCAP) desarrolla el proyecto Verne, un piloto de producción de hidrógeno verde y su uso en diez ómnibus interurbanos de pasajeros y camiones de transporte carretero de carga.

En Argentina no se conocen proyectos pilotos activos.

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