Recientemente, Francia anunció una reducción del 20% de las subvenciones disponibles para los compradores de automóviles con rentas más altas para la compra de vehículos eléctricos e híbridos.

Esta decisión pretende evitar que se desborde el presupuesto destinado a aumentar el número de coches eléctricos en circulación.

Tras la reducción del incentivo, algunos agentes del sector expresaron su oposición.

Uno de ellos es Céline Kochinyan, directora de Sostenibilidad de Deloitte, que se manifestó en contra de la reducción de la prima ecológica, así como de otras medidas relacionadas con la conservación del medio ambiente.

«La multiplicación de ‘retrocesos de sentido común’ no nos permite ‘mantener el rumbo’ de la transición ecológica», publicó Kochinyan en LinkedIn.

Y exige: «Debemos pedir a nuestros cargos electos que estén a la altura de sus responsabilidades en la historia colectiva».

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La preocupación por la reducción de las ayudas no carece de justificación, pues el reciente caso de Alemania alimenta este temor.

A principios de 2023, el Gobierno alemán empezó a reducir gradualmente las ayudas a la compra de coches de cero o bajas emisiones.

Finalmente, en diciembre, las autoridades retiraron por completo la subvención.

De hecho, varios agentes del sector de la eMovilidad afirmaron que la ralentización de las ventas de vehículos eléctricos se debía a esta medida.

Incluso para lo que queda de 2024, la Asociación Alemana del Automóvil prevé un descenso del 14% en las matriculaciones.

Otro dato que «justifica» la preocupación por la reducción de las ayudas es que los efectos del bono ecológico francés se reflejaron en las ventas desde el primer momento.

Mientras que en 2019 se matricularon 51.091 turismos eléctricos, en 2020, año de lanzamiento de la bonificación, se matricularon 120.101 unidades.

Esto supone un crecimiento de más del 140% en los primeros doce meses de incentivos.

Además, en 2022, las matriculaciones aumentaron hasta las 220.323 unidades en tan solo un año.

Además, cabe destacar que Francia ha alcanzado recientemente el millón de matriculaciones de coches impulsados exclusivamente por baterías, un hito histórico.

En 2023, el país registró una cuota de mercado de vehículos eléctricos del 16,8 por ciento, por encima de la media regional de alrededor del 14 por ciento.

¿Podrá Francia mantener esta posición a pesar del nuevo recorte? Aunque es demasiado pronto para hacer estimaciones, el ejemplo de la nación vecina es un precedente a tener en cuenta.

¿Cómo ha evolucionado la Prima Ecológica en Francia?

Esta medida se puso en marcha por primera vez en 2020, con importes diferentes para coches, furgonetas, motocicletas y bicicletas eléctricas.

El plan del Gobierno francés preveía un periodo de validez de junio a diciembre de ese año.

«Tenemos que hacer de Francia la primera nación en producción de vehículos limpios de Europa», declaró entonces el presidente Emmanuel Macron.

Emmanuel Macron, presidente de Francia.

El importe asignado por el Estado para el funcionamiento de esta herramienta fue de 8.000 millones de euros.

A principios de 2022, se relanzó la bonificación, que no se ha interrumpido hasta ahora. Sin embargo, sufrió algunas modificaciones.

Inicialmente, el importe que concedía el Estado oscilaba entre 5.000 y 7.000 euros. Esta ayuda podía concederse a cualquier comprador de una unidad de bajas o cero emisiones.

Sin embargo, con las recientes modificaciones, el mínimo baja a 4.000 euros. Esta cantidad se concede a los conductores con mayores ingresos.

Posteriormente, a finales de 2023, la legislación fue revisada por las autoridades, sufriendo algunas modificaciones.

En concreto, las autoridades francesas optaron por favorecer a la industria europea excluyendo de los incentivos a los fabricantes chinos de vehículos eléctricos .

Mientras que algunos representantes del sector calificaron esta medida de «beneficiosa», otros la consideraron «discriminatoria».

Un portavoz de MG, propiedad de la china SAIC Motor Corporation Limited, declaró que «hay coches que perderán completamente su competitividad».

En la misma línea, un representante de BYD se opuso a la nueva aplicación.

«Cuanto más nos amenace el Gobierno, menos inclinados estaremos a establecer una fábrica en Francia», afirmó la fuente.