Fortech, empresa costarricense especializada en la gestión de residuos y reciclaje de productos tecnológicos, desarrolla un software para realizar un seguimiento de baterías para darles el tratamiento adecuado cuando lleguen al fin de su vida útil.
Esto permite que el litio presente en celulares, portátiles, tablets, herramientas, electrodomésticos, micromovilidad y vehículos eléctricos e híbridos sea recuperado a través de un proceso de extracción de los materiales críticos de una manera amigable con el medio ambiente.
Con las baterías de vehículos, en una primera instancia se realiza un diagnóstico y se intenta extender el ciclo de vida aplicándolas a otros usos como back up en sistemas de paneles solares.
En los casos en los que la batería desde el punto de vista electroquímico no esté en condiciones entra a la empresa para ser tratada y todos los materiales resultantes sean aprovechados eficientemente.
Con ese proceso se asegura una recuperación del 95% que luego es distribuido a otras empresas para la producción de nuevas baterías.
Guillermo Pereira, gerente general de Fortech, indica que, si bien la región no es de las principales generadoras de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), es un problema que hay que solucionar y la mejor manera es aprovechar la economía circular para lograr hacer frente a la demanda que genera la movilidad eléctrica.
“Buscamos levantar una plataforma de usos y aplicaciones de las baterías que llegan al fin del ciclo para que sean objetos de nuevos emprendimientos”, sostiene.
La primera etapa fue el desarrollo y validación del proyecto en el 2018 y, al momento, atraviesa la segunda que es de concreción de alianzas estratégicas con fabricantes, distribuidores, centros de acopio y ongs.
El próximo paso es involucrar a los consumidores con incentivos monetarios y no monetarios para lograr incrementar las tasas de reciclaje.
Una de las propuestas es incorporar un tinte lúdico a través de premios y beneficios destinados a los productores y a los usuarios para que participen de las campañas de recepción de RAEE. En este punto, los fabricantes y distribuidores tienen un rol tan importante como los clientes en el cierre del ciclo de vida de las baterías.
“Obtuvimos muy buenos resultados con clientes actuales con quienes pusimos a prueba el piloto del ecosistema de reciclaje tecnológico”, menciona Pereira.
La base para crear masa crítica y poner en funcionamiento la propuesta son los distribuidores, operadores, talleres, centros de recolección, gestores y servicio de correo.
No obstante, destaca el papel fundamental de los entes gubernamentales y ongs debido al alto costo del proceso, pero también la necesidad de educar a los usuarios sobre la contaminación que genera desechar las baterías en la basura.
La firma, además, trabaja en el diseño de una planta para procesar 350 toneladas de desechos al año. En 2019, se llevó a escala de laboratorio el sistema modular para desactivar las baterías y actualmente se está terminando de validar el proceso.
Costa Rica ocupa el segundo lugar en generación de residuos electrónicos en Latinoamérica, el primer lugar en importación de computadoras portátiles y el segundo de teléfonos celulares de Centroamérica.
Con un sistema de recolección efectivo que involucre políticas públicas, actores privados, trazabilidad de las baterías y tecnología adecuada para el cierre del ciclo se podría lograr recuperar 331 toneladas anuales en Costa Rica y 1450 toneladas en Centroamérica.
El correcto tratamiento de estas genera beneficios en el aumento de la tasa de reciclaje, menor presión en los rellenos sanitarios, reducción de emisiones y generación de empleo.
Las declaraciones se dieron en marco de la jornada virtual «Vida útil, segunda vida y reciclaje de baterías» del programa de Naciones Unidades MOVE (Movilidad Eléctrica en Latinoamérica).