Tras 16 años en el mercado de ingeniería eléctrica y automatización para el sector industrial, en 2020 la empresa colombiana Smart-Ing comenzó a diseñar y fabricar sus propios cargadores para vehículos eléctricos.
En la actualidad, ya posee varios sistemas comercializados y acaba de finalizar una serie de procesos de validación de normas y estándares.
¿Cuál es el elemento diferenciador con el resto de las compañías especializadas? Su CEO, Martín Gallegos, afirma que es la capacidad de incorporar en un mismo dispositivo el estándar que sea necesario, incluso el chino.
“En la región norte de Sudamérica usamos tensión normalizada americana y la mayoría de los fabricantes, en este caso de equipos de recarga rápida, vienen de Oriente o de Europa, donde las tensiones o frecuencias son diferentes”, comenta Gallegos a Portal Movilidad.
Y agrega: “Eso nos permitió estudiar las normas y estos tipos de sistemas. Nuestra conclusión fue que, en vez de adaptar los equipos, podíamos desarrollar, diseñar y construir nuestros propios cargadores para carga rápida, aunque hoy también hacemos de carga lenta para efectos residenciales”.
En ese sentido, Smart-Ing ha logrado superar uno de los mayores desafíos de los fabricantes latinoamericanos: descifrar e incorporar el estándar GB/T a sus artefactos, pese a las complejidades que esto conlleva.
Vale recordar que el año pasado, el Gobierno de Colombia a través de la Resolución N°40223 estandarizó conectores para vehículos eléctricos y autorizó el cobro por la recarga.
En su artículo 4 establece: “Todo prestador de servicio de carga para vehículos eléctricos e híbridos enchufables deberá contar con al menos un conector Tipo 1, de conformidad con la norma SAE J1772 o su equivalente a nivel nacional, en todas sus estaciones de carga Nivel 2 y Nivel de carga 3 de CA”.
Asimismo, “deberá contar con al menos un conector CCS Combo 1, de conformidad con la norma SAE J1772 o su equivalente a nivel nacional, en todas sus estaciones de carga Nivel de carga 3 de CD”.
“La documentación es escasa y las traducciones son escuetas. Asimismo, podemos diseñar un equipo combinando protocolos. Hoy tenemos esa capacidad, la cual nos ofrece una libertad muy interesante en comparación con otros fabricantes”, reconoce el CEO de la firma.
Los documentos preparados por Smart-Ing están en español, al igual que las interfaces, disponibles en cualquier idioma.
No obstante, hoy la limitación de la compañía se sitúa va por otra dirección: la logística.
“La logística de algunos componentes no son tan fáciles de conseguir y se demora un poco. En el orden de capacidad máxima, se pueden fabricar 1.200 cargadores en un año”, destaca Gallegos.
Y augura: “Esperamos que esto mejore el próximo año. Igualmente, sería suficiente para los requerimientos que hay en la actualidad”.