En 2017 se dio a conocer la Estrategia Nacional de Electromovilidad de Chile lanzada por los Ministerio de Energía; Ministerio de Transporte y Telecomunicación y Ministerio del Medio Ambiente.

Fue presentada por el Ministro de Energía de ese entonces, Andrés Rebolledo (hoy secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía) y la Ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Paola Tapia (hoy directora del Transporte Público Metropolitano).

Funcionarios del 2017 en el lanzamiento de la Estrategia

Allí se esbozaban cinco líneas de acción: Desarrollo de información al mercado; Regulación y estandarización; Formación de capital humano; Difusión de tecnologías vehiculares eficientes e Incentivos transitorios para el despliegue de la electromovilidad.

Del proceso de redacción de la Estrategia Nacional de Electromovilidad, participó Gabriel Montero, Consultor de Aristo.

Sobre ese proceso, recuerda en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica: “Una de las cosas que hice fue poner mi parte un poco más orientada a la parte de la movilidad más que en la electro”.

Es que el énfasis era impulsar una mejor movilidad con vehículos eléctricos para que la ciudad se mueva con movimientos limpios y no solo una proliferación de vehículos eléctricos.

Los focos principales implicaban en primer lugar, la transición en el transporte público y los vehículos de flota porque tenían más chance de cubrir en menos tiempo la diferencia de costo entre los vehículos diésel y eléctricos.

Con el paso del tiempo, en el mes de octubre de 2021, el Ministerio de Energía publicó la actualización de la Estrategia Nacional de Electromovilidad, con una serie de principios y medidas que favorecen el mercado de vehículos eléctricos, con el objetivo de que todos los vehículos vendidos en el país en el 2035 sean cero emisiones.

Las metas comienzan por los livianos y por transporte público, para avanzar gradualmente hacia la maquinaria menor en 2040 y transporte de carga al 2045.

Ahora bien, ¿es necesaria una nueva actualización de la Estrategia?

A este interrogante, Gabriel Montero responde: “Las líneas principales están puestas, hay que revisar la Estrategia permanentemente en términos de ver dónde poner el énfasis para saber en qué se avanzó más y en qué menos”.

Gabriel Montero, Consultor y redactor de la Estrategia Nacional de Electromovilidad en 2017

Por ejemplo, es para destacar el buen avance en términos de la transición de flota de transporte público a buses eléctricos en la Región Metropolitana pero con muchas deudas en el resto de las regiones que parece se empezarán a saldar este año iniciando en Antofagasta.

“Cuando haya que escribir la nueva versión de la Estrategia, creo que hay que hacer un foco separado entre regiones y Santiago porque para avanzar se requieren hacer cosas distintas”, comenta Montero.

En este sentido, otro aporte del consultor está orientado a revisar las metas.

En la primera versión, la meta de transporte publico eléctrico total era al 2040. “A todos les parecía demasiado osada”, recuerda Montero sobre el momento de definición.

Y agrega: “Cuando se actualizó, la meta se acortó al 2035 y creo que hay espacio para apretar esa meta o parcializarla de alguna forma”.

La Estrategia original fue lanzada durante el gobierno de Michelle Bachelet, la actualización fue durante el gobierno de Sebastián Piñera.

Ahora, en el mandato de Gabriel Boric, no pareciera hablarse de una actualización nueva pero sí se dedicó tiempo al lanzamiento de una Hoja de Ruta para el Avance de la Electromovilidad.

Para el consultor Montero, este documento marca el norte, pero también tiene que ser actualizado permanentemente.

“Ojalá se actualizara todos los años”, reflexiona.

Retomando la cuestión de la Estrategia, no hay que dejar de lado el avance de temas paralelos que hacen al ecosistema tales como la preparación de capital humano para asegurar técnicos automotrices capacitados; normativa urbanística que habilite los cargadores en espacios públicos o que defina específicamente los requerimientos de electroterminales de buses para flexibilizar los lugares donde se pueden ubicar.

“Los elementos de contexto en una nueva versión de la Estrategia podrían beneficiarse de la experiencia de estos años para precisar ahí”, cierra Gabriel Montero.