El crecimiento del uso de la bicicleta en Ciudad de México es una realidad que, en gran parte, ha sido una responsabilidad tomada por la Alcaldía de la Bicicleta en 2017, cuyas acciones se han expandido a lo largo del país. Sin embargo, los expertos aún advierten que es momento de un accionar activo de cada uno de los gobiernos locales para consolidar este avance.
Una de las propuestas más importantes que llegó a nivel nacional el año pasado fue el Plan de Movilidad 4S para México, el cual propone una respuesta integral ante las necesidades de movilidad de personas y mercancías, para reactivar la economía de una forma saludable, segura, sustentable y solidaria ante el COVID-19.
Ahora, el inconveniente mayor con el que se encuentra esta medida es la acción irregular que se presenta entre las distintas gubernaturas locales, las cuales hacen menos foco en el tema a medida que son más pequeñas y menos inconvenientes tienen con la movilidad.
“Es una paradoja. En las grandes ciudades donde padecemos mayores conflictos a veces es más sencillo posicionar una solución”, señala la alcaldesa de la bicicleta, Areli Carreón, la primera en ser nombrada con este título en el continente.
Y agrega: “A veces resulta más positivo posicionar la necesidad de las bicicletas en las grandes urbes, que en las pequeñas o rurales donde las inversiones requeridas son menores y tienen menos conflicto”.
Dado que el Plan fue promulgado desde el Gobierno nacional, ahora para Areli la responsabilidad recae sobre las autoridades de las ciudades. No obstante, admite que no será un trabajo sencillo teniendo en cuenta dos desafíos a sortear: las dificultades económicas, originadas por la pandemia, y el cambio de líderes políticos.
“Han bajado mucho los ingresos y aumentaron los gastos, entonces ahora lo que hay que discutir es de dónde sale el dinero para hacer los cambios de infraestructura y las gestiones necesarias para transformar cómo nos movemos”, indica la alcaldesa.
Luego continúa: “Estamos viendo también cómo van a influir las elecciones porque en la campaña vimos de todo. Vimos a miembros de Morena abogando en contra de las ciclovías. Al mismo tiempo, donde gobernaba el partido mayoritario vimos a una oposición proponer quitar ciclovías o ponerlas en evaluación”.
Si bien para Carreón estos temas no deberían ser tópico de debate, dado que la movilidad ya es considerada un derecho del ciudadano y lo que se debe discutir es cómo y cuándo ejecutar políticas, la activista ve avances. Uno de estos se ve reflejado en el hecho de que hoy cada ciudad tiene al menos un proyecto de ciclovía.
En el caso de Ciudad de México, después de realizarse la primera ciclovía en 2004, se ha avanzando en 270 kilómetros de infraestructura destinada a las bicicletas. La meta por delante es alcanzar, al menos, 600 kilómetros.