En marzo, la Compañía Uruguaya de Transportes Colectivos S.A (CUTCSA) anunció un nuevo compromiso con el medio ambiente: la renovación del 100% de su flota de ómnibus para el año 2040.
Con este objetivo en mente, la empresa ahora se concentra en los patios de carga y la infraestructura requerida para abastecer a una flota cero emisiones que se irá incrementando de manera paulatina.
“La infraestructura del terreno ya resulta un problema porque donde hoy estacionamos los ómnibus convencionales no significa lo mismo para los eléctricos, considerando la dinámica de carga y el sistema que se gestiona”, advierte Marcello Gargaglione, jefe de departamento de Investigación y Mercado, durante el Especial Movilidad Eléctrica en Latinoamérica y el Caribe organizado por Portal Movilidad.
La operadora cuenta con varios estacionamientos en zonas estratégicas de Montevideo. Sin embargo, la nueva tecnología implica un redireccionamiento del plan.
En el primer centro de carga que llevaron adelante, se asentaron 20 buses, aunque el espacio está diseñado para 100 unidades más.
Aún así, Gargaglione asegura que deben “empezar a explorar en los distintos lugares varios puntos estratégicos para establecer el sistema eléctrico”.
“No solo se trata de la logística, sino que también de asegurar la energía. Uruguay tiene una sola compañía eléctrica que es UTE. Si bien tenemos un equipo de trabajo de movilidad eléctrica donde esta firma también participa, no es menor asegurarse la potencia, contratar la necesaria y gestionarla”, destaca.
Asimismo, una cuestión que también le preocupa es la interoperabilidad entre los ómnibus y los puntos de carga.
“Estamos viendo este tema, más pensando en un recambio de flota paulatino. Tenemos que asegurarnos que los coches que hoy incorporamos sean compatibles con el cargador y la conexión”, indica.
Esto para Gargaglione es fundamental, teniendo en cuenta la costosa compra de las unidades a futuro, la interoperabilidad será clave en el proceso.
“Si hacés una compra de buses y después dentro de tres o cuatro años la normativa de conectore cambia ya afecta la interoperabilidad y condiciona una cierta cantidad de cosas. No es menor el tema de la planificación y la buena gestión basado en los sistemas de gestión y en los tipos de cargadores”, cierra.
Cabe recordar que la meta a una flota 100% eléctrica se perseguirá en etapas. Se espera que para 2025 el 25% de los vehículos sean cero emisiones; para 2030, el 50%; y en 2035, el 75%.
La firma citará a compañías del segmento para que, luego de un proceso de selección, sean parte del proyecto con sus unidades eléctricas, las cuales deberán ajustarse a los requerimientos técnicos gubernamentales y propios de Cutcsa.
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