El transporte por carretera es responsable del 18% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono derivadas de la quema de combustible, lo que hace que la descarbonización a través de la electrificación de este sector sea una de las palancas clave en el camino hacia el cero neto.
Dado que el sector de la energía eléctrica es el primero en descarbonizarse bajo el Escenario de Cero Emisiones Netas para 2050 de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), acelerar la transición a los vehículos eléctricos es vital para lograr este resultado. Un despliegue exitoso de vehículos eléctricos requiere una infraestructura de carga suficiente y confiable.
Los marcos de políticas que sean apropiados para las circunstancias locales respaldarán este despliegue en las economías avanzadas y emergentes.
La “ansiedad por la autonomía”, el miedo a no poder llegar al destino, es una de las principales preocupaciones de los conductores a la hora de plantearse la compra de un vehículo eléctrico (EV).
Por lo tanto, para garantizar la rápida adopción de los vehículos eléctricos, los responsables políticos deben asegurarse de que haya disponible una infraestructura de carga suficiente, fiable y fácil de usar.
Las opciones para la carga de vehículos eléctricos son diversas, lo que crea muchas oportunidades. Los vehículos eléctricos se pueden cargar en cualquier número de ubicaciones y sin supervisión, a diferencia de los vehículos convencionales con motor de combustión interna, que solo pueden repostar en las estaciones de servicio.
La carga de vehículos eléctricos puede ocurrir en diferentes momentos del viaje del conductor: en casa, en el trabajo, en la carretera o mientras va de compras. Para algunos modelos de vehículos, la batería descargada también se puede cambiar por una cargada en una estación de cambio de batería.
Con tal variedad de opciones, la carga se puede adaptar fácilmente para adaptarse a diferentes casos de uso.
Sin embargo, no existe una solución única para todos: la diversidad de los sistemas de carga de vehículos eléctricos, tanto en términos de ubicación como de velocidades de carga, también explica la amplia variedad de modelos comerciales y estrategias de implementación.
La solución más eficiente dependerá de la situación, el tipo de vehículo y el perfil del conductor. Los responsables de la formulación de políticas deben considerar los hábitos de conducción y las necesidades de los ciudadanos de su jurisdicción antes de elaborar una estrategia para implementar la infraestructura de carga.
Las consideraciones importantes incluyen: Arreglos de vivienda en el hogar; estructuras rurales versus urbanas; patrones de tráfico; planes para la futura infraestructura vial; los perfiles de los primeros usuarios de vehículos eléctricos; los tipos y usos de los vehículos que ya están en las carreteras; la capacidad y conectividad de la red eléctrica existente; la disponibilidad de electricidad renovable; y la etapa de despliegue de los vehículos eléctricos.
5 recomendaciones para un despliegue de infraestructura eficiente:
El informe de la IEA establece recomendaciones para los legisladores para garantizar que el despliegue de la infraestructura pública de carga de vehículos eléctricos se realice de la manera más fluida y eficiente posible. En resumen:
Romper los silos: las estructuras institucionales deben repensarse y reorganizarse para fomentar los debates sobre la infraestructura de carga de vehículos eléctricos en todos los sectores (energía, transporte y planificación urbana).
Debe fomentarse el diálogo entre instituciones y jurisdicciones.
Se deben asignar personas de contacto designadas para administrar los procesos de instalación de Equipos de Suministro de Vehículos Eléctricos (EVSE) y se debe proporcionar al personal suficientes recursos y capacitación.
Adaptar la estrategia: debe recopilarse el transporte relevante y los datos asociados para obtener una imagen clara de su jurisdicción. Identifique los tipos de vehículos eléctricos y los usuarios que tienen mayor presencia y necesidades.
Fomentar cambios hacia modos de transporte e infraestructura compartidos y luego incorporar el impacto de esto en los requisitos de carga de vehículos eléctricos.
Mostrar la carga de vehículos eléctricos como una prioridad política: se debe atraer la inversión privada señalando que la transición a los vehículos eléctricos es una prioridad en su agenda. Es necesario facilitar la comunicación entre las partes interesadas y simplificar y aclarar sus procesos de obtención de permisos.
Fomentar la estandarización: se debe asegurar de que los usuarios tengan acceso a información transparente y confiable sobre las estaciones de carga y los precios.
Es necesario garantizar una alta calidad del servicio de carga integrando los requisitos de rendimiento en sus licitaciones públicas y medidas de apoyo. Fomentar la interoperabilidad entre redes de carga competidoras a través de estándares técnicos comunes y acuerdos de roaming.
Preparar la infraestructura para el futuro: debe considerarse cuidadosamente los objetivos para la futura flota y otras estrategias de transporte e incorpórelos a su planificación. Promover la medición «inteligente» y la carga inteligente.
Las redes de carga construidas hoy tienen que ser lo suficientemente adaptables y escalables para las necesidades en el futuro. Las soluciones de carga de vehículos eléctricos deben favorecer el uso de electricidad baja en carbono.
El estudio completo puede descargarse en este link.