En noviembre la Unión Europea podría ponerle fecha de caducidad a los motores de combustión a los camiones y buses. Luego de que se aprobara que 2035 sea la fecha para los coches, ahora llega la hora del transporte pesado.
Al respecto, José María Quijano, Secretario General de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), afirma: “El sector del transporte es un usuario de las herramientas que le proporciona la industria de la automoción y como tal se adapta a las tecnologías disponibles en cada momento en el mercado”.
Pero advierte que: “Cualquier política de la UE, diseñada sobre el papel, que no pudiese cumplir con los requerimientos técnicos necesarios para poder desarrollar la actividad del transporte pesado de mercancías por carretera de larga distancia sería un fracaso y llevaría a un colapso en el abastecimiento de los mercados”.
De una manera similar a la tratativa que se le ha dado a los vehículos ligeros, se espera que se desarrolle este debate que ya cuenta con fechas tentativas presentadas por parte de diferentes organizaciones.
2035, al igual que los coches, aparece como una de las fechas factibles para alcanzar el 100% de ventas de vehículos con cero emisiones.
Asimismo, se busca que se revisen estándares, tales como:
- Establecer una meta de reducción de CO2 del 100 % para camiones medianos y pesados en 2035.
- Establecer un objetivo de ventas 100 % cero emisiones en 2027 para autobuses urbanos, en 2035 para camiones pequeños y autocares, y en 2040 para camiones profesionales.
- Elevar la ambición del objetivo de reducción de CO2 para 2030 a -65 % para camiones medianos y pesados.
- Introducir objetivos provisionales en 2027 para acelerar la transición y de eficiencia energética para remolques.
“Lo que escuchamos es que habrá vehículos diésel aún por un largo periodo de tiempo, con las mejoras medioambientales que se vayan introduciendo de forma paulatina a los nuevos modelos que se vayan incorporando al mercado”, comenta Quijano a Portal Movilidad España.
Actualmente, los vehículos pesados en Europa tienen una vida útil de 18 años, en promedio.
Aplicando estas medidas, en 2035 se conducirán 659.000 automóviles de este tipo de cero emisiones en las carreteras de Europa en 2030.
De esta manera, se espera que tras el cierre de los trílogos y la votación final de las fechas límites para la fabricación de automóviles y furgonetas a combustión, se dé paso a las tratativas en torno a los camiones y buses.
“La oferta de vehículos se debe adaptar a las necesidades técnicas requeridas para poder realizar de forma eficaz y eficiente los servicios de transporte según los requerimientos de forma que se asegure de forma correcta el abastecimiento de los mercados y la sostenibilidad de la cadena de transporte”, sostiene Quijano.
A esto añade que desde CETM siempre defendieron el principio de “neutralidad tecnológica”, lo que supone no priorizar o imponer unas tecnologías sobre otras y dejar al mercado y a la industria proponer aquellos desarrollos tecnológicos que hagan viable una “transición adecuada”.
Esta normativa de la Unión se presenta como uno de los pasos más desafiantes, no solo porque el transporte por carretera es considerado uno de los sectores con mayores emisiones, sino por las necesidades tecnológicas con las que cuenta para renovarse.
Pese a esto, diversos estudios ya han dejado en claro que la competitividad de los vehículos propulsados por carburantes y los eléctricos o a hidrógeno verde, ya comienzan a ser una realidad.
Igualmente, Quijano destaca: “Es importante poner en valor el esfuerzo de mejora realizado a lo largo de la última década en la reducción de emisiones con la introducción en el mercado de los motores más avanzados de las distintas categorías EURO”.
Tampoco descarta la utilización de ecocombustibles, alternativa que plantea como “viable” para un período de transición.