Altero es una compañía colombiana con tecnología propia que no produce emisiones para la transformación sostenible de baterías recargables, tanto de ion litio como químicas de níquel metal hidruro, litio polímero, litio hierro fosfato, entre otras.
Propone un reciclaje en seco, directo, que no utiliza químicos y aprovecha todas las características del residuo para la posterior recuperación de cada uno de los elementos constitutivos de las baterías.
“Si bien recién ahora se está produciendo los primeros residuos provenientes de la movilidad eléctrica, los de la electrónica son exorbitantes, y los proveedores saben de su responsabilidad de tener que asegurar la disposición final adecuada”, asegura Andrea Alzate, directora ejecutiva y fundadora de Altero a Portal Movilidad.
Y agrega: “Hay mucha conciencia en los usuarios, quienes compran un vehículo eléctrico saben que tienen que ir al concesionario para retornar su batería”.
Quienes se acercan hoy en día son empresas y no hay una respuesta única a las inquietudes, diversidad de baterías y disposiciones en los módulos.
Aquellas provenientes de la movilidad eléctrica, en comparación con las electrónicas, tienen un proceso más largo. Entran a las instalaciones para hacer el proceso de diagnóstico, si tiene período de vida se reincorpora con un proceso de segunda vida, y las que no, se les da un correcto cierre de ciclo.
En ese caso ingresan las celdas de baterías tras un proceso de segregación del panel en ambientes totalmente controlados. Luego con tratamientos mecánicos, eléctricos, electromagnéticos y electrodinámicos en donde se obtienen el cobre, aluminio y hierro.
“Hoy el 100% de los materiales constitutivos son reincorporados a la cadena productiva, entonces metales base como el cobre y el aluminio son comercializados dentro del país para procesos de manufactura”, explica.
Para el caso de los más específicos como el litio o cobalto se destinan a la fabricación de nuevas baterías recargables en el extranjero.
Cabe destacar que hoy en día en Colombia no existe una normativa de disposición final de las baterías que contemple la movilidad eléctrica, no así con las de electrónica que rige desde 2010. De igual manera ya se trabaja en la generación de ese documento.
En ese sentido, la ejecutiva de Altero indica: “Si bien las baterías de los vehículos pueden incluirse en la regulación actual, tienen características muy especificas en cuanto a tamaños, nivel de carga, etc. Cuanto antes se resuelva mejor, debe ser antes de la masificación de la movilidad eléctrica y eso será pronto porque las apuestas son muy grandes”.