Un programa de chatarreo voluntario dirigido a los taxis que circulan en la ciudad, que incluirá bonos de incentivos, elabora la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), con el fin de contribuir a la renovación del antiguo parque automotor de la ciudad.

El director de Asuntos Ambientales y Sociales de la entidad, Héctor Rubio Guerrero, sostuvo que “está bastante avanzado el trabajo para el chatarrero voluntario de taxis y, en coordinación con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), queremos impulsar lo mismo para las unidades de transporte público”.

“Este programa tiene que ir acompañado de un fondo económico para el incentivo del uso de energías limpias. Entonces, lo que se buscará es que estas renovaciones de vehículos que se den mediante un bono de chatarreo sea en su mayoría para unidades a gas natural vehicular (GNV) o de electromovilidad”, precisó.

En diálogo con el Diario Oficial El Peruano, Rubio manifestó que la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao identificó un parque vehicular importante de taxis que se debe renovar en la ciudad.

“Una vez que se termine el estudio, se formulará un valor de mercado y verá cuánto es lo que se puede pagar como bono de chatarreo y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tendrá que habilitarnos un monto para el incentivo de este programa”, anotó.

Financiamiento

El funcionario afirmó que lo mismo será para el transporte público. “Ambos programas tienen que ser financiados con la participación del MEF en el sentido de que nos deben habilitar los recursos para otorgar este bono”, recalcó.

La ATU, detalló, fijará el mecanismo de compensación en función de un estudio de mercado y sobre eso se determinará la posibilidad de establecer un número de vehículos para chatarrear.

“En ese paso se evaluará si el monto será directo o, por ejemplo, se proporcionará como adelanto para que financien un vehículo nuevo, que es lo que deberíamos hacer para promover el cambio a vehículos nuevos de GNV o los primeros servicios de transporte eléctrico”, aseveró.

Piloto

Rubio no descartó la posibilidad de que en el presente año se ponga en marcha un programa piloto de chatarreo de taxis. “Normalmente se debe programar en el presupuesto, pero como a veces existen recursos del extranjero o un fondo habilitado, estamos en conversaciones con el MEF para ver cómo podríamos hacer y tal vez en el segundo semestre adelantar con un piloto”, subrayó.

“Agotaremos los estudios este 2022 y si se puede avanzar con algo de recursos, bien, o si no para el próximo año deberíamos tener ya funcionando estos programas de incentivos”, aseguró.

Rubio se refirió también al programa de chatarreo obligatorio de vehículos de transporte público que se encuentran en los depósitos con multas pendientes de pagar que sobrepasan el valor de la unidad y que cuentan con más de 15 años de antigüedad en el servicio.

Durante el presente año, según la ATU se proyecta chatarrear 120 vehículos que se hallan en el correspondiente proceso administrativo para trasladarlos a la planta de la empresa autorizada que se encargará del trabajo, ubicada en el distrito de Lurigancho-Chosica.

“Este primer chatarreo es muy importante porque se habilita la posibilidad de que se pueda hacer por antigüedad y por la acumulación de infracciones. Estos vehículos ya no circularán y en lo que queda de este mes irán a la planta cerca de 30 unidades”, indicó.

Distritos

El funcionario recalcó que al estimado de 120 vehículos, se sumarán los municipios distritales, como San Isidro, Miraflores y Surquillo, que cuentan también con carros en sus depósitos “y a los que se les capacitará sobre cómo deben acogerse a la directiva para que puedan chatarrear y estos vehículos ya no vuelvan a circular”.

El chatarreo, resaltó, trae también diversos beneficios para Lima y Callao. Por ejemplo, la eliminación de las citadas 30 primeras unidades representará que 926 kilogramos de partículas finas y 2,574 toneladas de dióxido de carbono dejen de circular en el ambiente de la ciudad.

“En otras palabras, se reduce la contaminación. Además, estas partículas están relacionadas directamente con las enfermedades respiratorias. Implica también un tema de salud”, puntualizó.

Trámites del proceso

El chatarreo se aplicará a todo tipo de vehículo automotor que esté inscrito en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp), detalló Héctor Rubio.

Indicó que existen dos modalidades: el voluntario, al cual puede acogerse el propietario de un vehículo (incluye los que estén en los programas de chatarreo), y el obligatorio, que debe cumplir ciertas condiciones.

En este último caso, el vehículo se deberá hallar en el depósito tras la aplicación de una medida preventiva de internamiento por una supuesta infracción al tránsito o transporte y el propietario no haya solicitado el retiro de la máquina en el plazo de 30 días hábiles contados desde que la resolución de sanción quedó firme.

El proceso de chatarreo empezará con la evaluación documentaria del vehículo y seguirá con la verificación física de la unidad, el retiro de fluidos y materiales y/o componentes peligrosos, el desguace, la compactación de las partes y la emisión del certificado de destrucción vehicular.

Rubio recordó que la ATU aprobó la directiva que regula el chatarreo de vehículos en el área de influencia de los corredores complementarios del sistema integrado de transporte de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao, la cual permitirá fijar un mecanismo idóneo para el chatarreo de vehículos que por su antigüedad o su funcionalidad se puedan reemplazar por unidades menos contaminantes.