El hidrógeno cada vez penetra más en la transición de las flotas de buses a vehículos cero emisiones y se plantea como la solución en determinados aspectos.
Este tipo de combustible, más que nada de ser generado por energías renovables, se presenta como la solución para el transporte de largo recorrido, regional o metropolitano por la difícil implementación de la electrificación.
Sobre esta transición, Miguel Ángel Alonso Julia, DG División Mantenimiento & Compras de ALSA, comenta sobre cómo lo ha hecho la empresa modelo cero emisiones.
“El hidrógeno es clave para nosotros estratégicamente”, comenta en la cumbre de la movilidad eléctrica organizado por Grupo Portal Movilidad llamada “Movilidad Eléctrica en España”.
Como explica para Alsa operador, el hidrógeno es clave por dos motivos: primero, el tiempo de carga, y segundo, la autonomía del vehículo.
Sobre el primer punto mencionado el tiempo de carga se reduce a aproximadamente nueve minutos.
En segundo lugar, en un vehículo eléctrico con las nuevas generaciones de baterías se puede llegar a unos 200, 250 kilómetros. Pero con uno a hidrógeno se está en torno de los 400 o 500 kilómetros.
Alonso Julia comenta que hace dos años comenzaron a realizar pruebas con vehículos a hidrogeno, en lo que se plantea a Alsa “pionera”.
“Queríamos probar y recorrer esa curva de aprendizaje lo antes posible para saber a qué nos enfrentamos”, explica.
Los resultados de la empresa han sido “positivos”. Estos últimos dos años Alsa probó un vehículo a hidrógeno en todas sus operaciones urbanas.
“Hemos podido comprobar de manera directa y en operación que da prestaciones”, comenta Alonso Julia y agrega que “ha servido para conocer de primera mano cómo afrontar la transición”.
Otro de los puntos a los que se adelantó la compañía es la llamada “ruta del hidrógeno”. En este caso antes de que saliese en España, Alsa ya tenía la propia.
Las pruebas para llegar a esas conclusiones se realizaron en Madrid, Oviedo, Zaragoza, Bilbao y La Coruña.
La empresa cuenta con una flota aproximadamente de 28 mil vehículos rodando si se tiene en cuenta a todo el grupo, en España hay 3200 y 900 son urbanos y el resto son entre metropolitanos, regionales y largo recorrido.
Por estas condiciones es fundamental para Alsa transicionar a buses de hidrógeno y adelantarse para conocer el mecanismo de implementación a futuro.
Las subvenciones insuficientes
Alonso Julia expresa que se tiene “expectativas halagüeñas” por la intensidad de las ayudas que vienen de parte de los fondos europeos, más que nada, “en el caso particular del hidrógeno”.
La intensidad de ayudas ha sido la misma que para un vehículo eléctrico de baterías, según comenta, cuando el copex es superior para afrontar esa inversión.
“Nosotros debemos movernos hacia esos vehículos cero emisiones, tenemos que transicionar y tenemos unos objetivos muy ambiciosos”, explica el director general de mantenimiento y compras de Alsa.
Los objetivos puestos por la compañía son que a partir de 2030 no comprará vehículos que no sean cero emisiones. Para 2035 pretende tener toda su flota urbana en España funcionando sin producir gases de efecto invernadero.
El objetivo principal se posiciona en 2040 para que toda su flota -incluyendo metropolitanos, regionales y largo recorrido- sea cero emisiones.