Latam | Vehículos Eléctricos
jueves 21 de enero de 2021
Advierten que las exigencias legales y administrativas complican producción a los fabricantes de Brasil y Argentina
Carlos Tavares, director ejecutivo de Stellantis advirtió sobre la necesidad de que Argentina y Brasil reduzcan sus exigencias normativas al sector para no poner en riesgo puestos de trabajo.
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El consejero delegado de Stellantis, el grupo del automóvil producto de la fusión de PSA y FCA, advirtió a los gobiernos de Argentina y Brasil para que reduzcan sus exigencias normativas al sector porque de lo contrario puede haber «decisiones muy difíciles».

«Hay un momento en que se van acumulando todas las exigencias, todas las normativas, todos los aranceles. Hay un momento en que no se puede más», señaló Carlos Tavares en su primera rueda de prensa como primer ejecutivo del cuarto grupo mundial del sector.

Recordó, sin mencionar el nombre de la compañía, que Ford anunció la pasada semana que cerrará durante este año sus tres factorías en Brasil, decisión que afecta a unos 5.000 trabajadores.

«No es nuestra situación», aseveró Tavares, porque Stellantis prevé seguir en la región, pero no dejó de reiterar que lo que pasó en Brasil debe servir de lección.

De los componentes de Stellantis, Peugeot-Citroën tiene fábricas en Argentina y Brasil (aunque su presencia es más fuerte en el primer país), mientras que Fiat es mucho más fuerte en Brasil.

Tavares señaló que la empresa ha conseguido «ser rentable» en Latinoamérica, con una cuota de mercado del 17 %, pero «llega un momento en que hay límites a los vientos contrarios a los que uno puede capear».

«Eso puede conducirnos a decisiones muy difíciles» como la de Ford en Brasil, incidió.

Tavares recalcó que hasta ahora las compañías del grupo han aguantado la situación, «pero toda empresa tiene sus límites y hay que ser consciente».

Añadió que hay que preguntar a los gobiernos: «Los países quieren una industria del automóvil ¿sí o no?».

Sobre la electrificación del automóvil en esos dos países latinoamericanos, dijo que la cuestión clave es «si esta tecnología será suficientemente asequible para los clientes».

«Por ahora la electrificación no es muy asequible para las clases medias. Hay que ver con los gobiernos si mantenemos nuestras tecnologías de combustión o si desarrollamos otras, que son más caras», incidió Tavares, quien reconoció que la movilidad eléctrica «no es una tecnología que se pueda desplegar en muchas partes del mundo» de momento.

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