Desde diciembre, Argentina está atravesando una metamorfosis política que interpela a todos los sectores de la industria, incluyendo a los vehículos eléctricos.

Con la asunción de Javier Milei a la presidencia, el Gobierno se manifestó más bien en contra de un intervencionismo excesivo del Estado.

No obstante, uno de los focos de la estrategia de desarrollo del nuevo mandatario es la atracción de inversiones y las buenas relaciones con los privados.

Para tal fin, se deberán subsanar las falencias jurídicas y generar condiciones de mercado propicias para que capitales extranjeros y locales deseen invertir en el país.

Esto incluye la implementación de políticas que reduzcan las barreras burocráticas y fiscales, así como la promoción de incentivos fiscales y financieros para empresas que inviertan en investigación y desarrollo. 

“Necesitamos un plan estratégico que ponga en el eje de la movilidad a los vehículos eléctricos e híbridos”, declara Emmanuel Núñez, presidente de la Cámara Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (CAVEA), en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica.

Trabas legales y burocráticas a los vehículos eléctricos

Con el avance de la tecnología, en los últimos años comenzaron a aparecer modelos que no encajan propiamente en ningún segmento de los que hoy son definidos por la Ley.

Este es el caso de las bicicletas con acelerador o los monopatines con capacidad para circular a altas velocidades, que por su naturaleza diferencial hoy flotan en un vacío legal que desincentiva su producción y adquisición.

La homologación de los mismos dotaría de reglas claras al sector, permitiendo la fabricación y la circulación de un abanico de nuevos modelos eléctricos, lo que a su vez repercutiría positivamente en el precio ante una mayor oferta.

Por otra parte, los sistemas de certificación son altamente burocráticos en la actualidad. 

Para sortear este obstáculo, los procedimientos administrativos deberían ser simplificados  e invertir en una mayor cantidad de laboratorios a fin de agilizar trámites.

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Incentivos a los vehículos eléctricos

Otra forma de impulsar la electromovilidad es vía aplicación de un régimen de promoción nacional con incentivos fiscales para la compra y venta de vehículos de nueva generación.

“En Argentina falta un régimen de promoción que brinde incentivos a los usuarios. Otros países ya han avanzado en esta cuestión otorgando beneficios fiscales de desgravación de impuestos”, explica el referente de CAVEA.

Se puede tomar de referencia el caso del vecino Uruguay, que en 2022 decretó la exención de pago del impuesto IMESI para eléctricos 0km, tributo fijando en ese entonces en un 5,75%.

La menor carga tributaria tiene un efecto directo en el precio de la carrocería, volviéndolos más asequibles para la clase media.

En esta misma línea, el 1° de marzo se presentará en el Congreso un proyecto renovado de arancel 0 para las exportaciones de vehículos eléctricos.

Esta medida está avocada a impulsar la inversión en nuevas tecnologías por parte de la industria automotriz nacional, incrementando la competitividad de la producción local en el mercado internacional en función de su precio.

Otros pendientes

Sin infraestructura de carga no hay vehículos eléctricos.

De acuerdo a estimaciones privadas, hasta julio de 2023 existían en el país unos 230 puestos de recarga.

El sector no solo necesita más cargadores, sino una mejor distribución de los mismos, de forma que un piloto de eléctrico pueda recorrer largas distancias sin problema.

CAVEA promueve los vehículos eléctricos en Argentina.

“Es necesario contar con una red de infraestructura federal que permita cargar el automóvil cada mínimo 100 kilómetros”, declara Núñez.

Otro desafío para los propietarios argentinos de vehículos eléctricos es la escasez de talleres especializados y personal capacitado.

Si bien la carrocería de este tipo tiene una tasa de falla relativamente baja, muchos conductores de vehículos de nueva generación se ven obligados a recurrir a talleres genéricos ante un problema técnico en sus unidades.

Al respecto, el Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC) propuso instaurar un examen abierto para talleristas y mecánicos que certifique los conocimientos técnicos para operar vehículos eléctricos.