Argentina | Micromovilidad
miércoles 14 de febrero de 2024
Igual que en 2018. Expectativas en Argentina por avanzar en marco legal de micromovilidad eléctrica
Este año se espera cubrir vacíos legales que traban el desempeño de las ventas de micromovilidad eléctrica, entre otras iniciativas. Todos los detalles en este artículo de Mobility Portal Latinoamérica.
Daniel Tigani (CIMBRA) sobre micromovilidad en argentina
Daniel Tigani, director ejecutivo de la Cámara Industrial de la Motocicleta, Bicicleta, Rodados y Afines (CIMBRA).
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La última modificación que se realizó a la Ley de Tránsito en Argentina fue en 2018.

Desde entonces, la rápida evolución tecnológica manifiesta en el lanzamiento de nuevos modelos y tipos de vehículos ha superado en muchos casos la capacidad de los marcos regulatorios existentes en torno a la micromovilidad.

Esto genera incertidumbre tanto para los usuarios como para las empresas e inversores que operan en este mercado.

No obstante, Daniel Tigani, director ejecutivo de la Cámara Industrial de la Motocicleta, Bicicleta, Rodados y Afines (CIMBRA), asegura que 2024 podría ser el año en que se logren actualizar las normativas en torno a la micromovilidad.

“Hay una vocación de escuchar por parte de los funcionarios. Estamos llevando nuestras propuestas de actualización normativa a muchas secretarías y subsecretarías”, asegura Tigani.

Burocracia y vacíos legales en la micromovilidad

Uno de los principales problemas relativos a la Ley de Tránsito y sus respectivas actualizaciones es la falta de especificidad en los segmentos regulados.

Las bicicletas y las motocicletas tienen su propia normativa. Los requisitos de cada una se homologan para todos los tipos de vehículos que integran el amplio abanico de modelos que encajan en cada categoría.

Sin embargo, en los últimos años las definiciones de los segmentos se volvieron cada vez más difusas, al desarrollarse modelos que no encajan propiamente en ningún segmento de los que hoy son definidos por la Ley. 

Ejemplo de esto son las bicicletas con acelerador o los monopatines con capacidad para circular a altas velocidades.

Por su naturaleza diferencial, estos vehículos no deberían obtener el mismo tratamiento legal que el resto de modelos que guardan cierto parentesco. 

“Debería crearse una ‘categoría L0’ para productos motorizados que tengan una velocidad crucero igual o inferior

Los monopatines se presentan como una solución para evitar el uso del transporte público masivo.

a los 25 kilómetros por hora, categoría hoy inexistente”, sostiene el director ejecutivo de CIMBRA.

Por otra parte, los sistemas de certificación y de homologación necesarios para el desarrollo de vehículos de este tipo son altamente burocráticos en la actualidad. 

Para sortear este obstáculo, los procedimientos administrativos deberían ser simplificados  e invertir en una mayor cantidad de laboratorios a fin de agilizar trámites.

Comité de micromovilidad eléctrica

Una forma de simplificar el proceso de actualización normativa sería la creación de una comisión permanente que se dedique a diseñar y desarrollar propuestas para el sector que puedan ser presentadas a las autoridades competentes. 

Esta es una iniciativa que la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA) vienen proponiendo desde hace tiempo.

“Es necesario que estas propuestas beneficien a todo el sector trascendiendo los intereses personales, por lo que los miembros del comité deberían estar dispuestos a colaborar sea cual sea el signo político del gobierno”, agrega Tigani.

¿Qué elige el usuario?

En términos de micromovilidad el ciudadano promedio opta por la bicicleta. 

Por lo general, la mayor participación del mercado se la llevan las unidades rodado 29, con cuadro de aluminio, freno a disco y 21 cambios.

Con el objeto de incentivar al rubro de las bicicletas eléctricas, en julio de 2021 el Gobierno nacional presentó su plan de Desarrollo Productivo Verde que contemplaba la fabricación de estos vehículos en el país junto a beneficios y líneas de crédito a sus usuarios por parte de la banca nacional.

En cuanto a las motocicletas, las más elegidas por los argentinos son los modelos 110, 120 y 150.

Por su parte, cuando comenzaron a popularizarse en el mercado los monopatines en 2018, muchas empresas invirtieron en modelos económicos de baja calidad, partiendo de la lectura equivocada de que los usuarios les darían un uso más bien descartable a este tipo de vehículos.

“Con los años estas empresas se fueron fundiendo y solamente sobrevivieron aquellas que ofrecían productos más caros y de más alta gama”, explica Tigani

Consecuentemente, dado que la industria de los monopatines tiene un costo de entrada alto, el nicho del mercado es pequeño y todavía no constituye un segmento muy atractivo para los inversores en micromovilidad.

En Argentina se venden alrededor de un millón y medio de bicicletas, 500.000 motos y 10 mil monopatines.

Si se compara con el resto de productos de micromovilidad, los monopatines constituyen un porcentaje mínimo.

En otro orden de ideas, cabe destacar que la mayoría de los productos en el mercado argentino de micromovilidad eléctrica son importados. 

“La mayor parte de los diseñadores no son chinos, pero las fábricas suelen estar en China y Singapur por una cuestión de costos”, añade el director de CIMBRA.

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