En rueda de prensa desde la capital comunitaria, el vicepresidente Ejecutivo, Valdis Dombrovskis, ha reconocido que hay «preocupaciones» por las provisiones «discriminatorias» de la ley.
«Preferiría que la UE estuviera exenta de estas provisiones discriminatorias como lo están Canadá o México, porque somos socios estratégicos», ha afirmado.
En este sentido, el comisario letón ha señalado que Bruselas y Washington cooperan en una serie de áreas como la transición ecológica, «por lo que no vemos razones para que estas disposiciones discriminatorias se nos apliquen».
Sobre si el Ejecutivo europeo llevará a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), Dombrovskis ha subrayado que explora todas las opciones pero que el primer paso es dialogar con Washington para buscar «soluciones conjuntas».
La reunión tuvo lugar en el marco de la conferencia celebrada en Berlín para la Reconstrucción de Ucrania y estuvo protagonizada por Bjoern Seibert, jefe de gabinete de la presidenta comunitaria, por Ursula Von der Leyen, y por el viceconsejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Mike Pyle, ha informado la Comisión Europea en un comunicado.
En el encuentro ambas partes coincidieron en la importancia de una estrecha coordinación para apoyar cadenas de suministro sostenibles a través del Atlántico, incluida la construcción de una economía de energía limpia, recoge la nota.
Bruselas ya ha confirmado que el siguiente encuentro de alto nivel se celebrará la próxima semana. El mecanismo busca abordar las preocupaciones concretas que tiene la UE en relación al plan norteamericano, conocido como Ley de Reducción de la Inflación.
Aprobado este verano, para el Ejecutivo europeo el programa estadounidense discrimina a fabricantes de vehículos extranjeros respecto a los estadounidenses y lo ve incompatible con las normas de la OMS.
En este sentido, Bruselas ha pedido a Washington que retire los «elementos discriminatorios» de la ley y garantice que cumple con los estándares de la OMC.
El plan tiene una dotación total de 433.000 millones de dólares (424.172 millones de euros al cambio actual) e incluye ayudas de más de 7.000 millones de euros a la compra de nuevos vehículos eléctricos ‘made in USA’.