En el marco del plan “Calles Protegidas” del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, se realizan operativos nacionales integrados con foco en las motos o bicicletas de modelo combustión tipo hechiza o «mosquito», atendiendo a que su circulación está prohibida y genera altos niveles de contaminación.
“Queremos ser enfáticos: los vehículos con motores «mosquito» no tienen permiso para circular”, indicó el Ministro Juan Carlos Muñoz en su cuenta de Twitter.
Queremos ser enfáticos: los vehículos con motores «mosquito» no tienen permiso para circular. Hoy, junto a la alcaldesa @IraciHassler y equipo @Fisca_MTT, fiscalizamos estos vehículos en Santiago Centro. Esta iniciativa se replicó en 30 puntos del país.#CallesProtegidas pic.twitter.com/zTO68xKZBX
— Juan Carlos Muñoz Abogabir (@JuanCaMunozA) December 6, 2022
Como alternativa a esta problemática, Makana Bikes propone sus modelos de negocio eléctricos: vender el kit por separado y que el cliente lo instale en su bicicleta con la asesoría de Makana; que el cliente lleve su bicicleta y la empresa la reconvierta a eléctrica en el taller solo si compran el kit a la empresa -se hace responsable de sus motores y baterías con garantía de doce meses-; y reconvertir bicicletas usadas.
“Comprar bicicletas nuevas y reconvertirlas sale la mitad o hasta un tercio de lo que cuesta una concebida 100% eléctrica de fábrica igualando potencia, torque y autonomía”, comenta José Ignacio Fuenzalida Navarrete, fundador de Makana Bikes.
Cotizar una bicicleta eléctrica de marca concluye en un precio que está bordeando los 3.500 dólares y, en estas alternativas, la más costosa es de 1.500 dólares.
En el caso de la reconversión, Makana toma la garantía que la fábrica ofrece sobre el cuadro, haciéndose responsable de la transformación completa del producto.
“Netamente, la desventaja de una bicicleta nueva eléctrica reconvertida es la estética, porque el cuadro no estuvo hecho para esa incorporación y aparecen más cables de lo que uno está acostumbrado”, admite Fuenzalida. Ante esto, ya se desarrolló un formato de cableado oculto.
Convertir una bicicleta implica que mecánicamente se agreguen aproximadamente ocho kilogramos de peso a raíz de la batería. En la mayoría de los casos, el cuadro los va a resistir sin problema.
“Una vez que te subes la experiencia es igual o mejor porque el sensor no es de torque y la asistencia se puede programar entre tres, cinco y nueve niveles de asistencia”, afirma Ignacio Fuenzalida Navarrete.
Y agrega: “Las marcas están cobrando mucho por bicicletas eléctricas, creo que por un tema de volumen porque no venden tantas todavía. Van a tender a ir bajando el precio con el tiempo, pero eso retarda el ingreso de la micromovilidad a las ciudades”.
Con el objetivo de atacar la desventaja estética antes mencionada, Makana Bikes tiene intenciones de agregar el desarrollo de un modelo propio, creando un cuadro adaptado para el motor que comercializa y manteniendo los precios. La idea es diseñarlo en Chile y que la fabricación sea asiática.