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viernes 28 de mayo de 2021
Por qué Brasil se ubica entre los favoritos de Biden para la extracción de metales para fabricar autos eléctricos
Los planes suponen un golpe para los mineros de Estados Unidos, que esperaban que el presidente Joe Biden confiara principalmente en los metales de origen nacional. El plan ayudaría a reducir la dependencia de Estados Unidos del líder de la industria, China.
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confiará en los países aliados para suministrar la mayor parte de los metales necesarios para fabricar vehículos eléctricos y se centrará en procesarlos en el país, como parte de una estrategia para aplacar a ecologistas, dijeron a Reuters dos funcionarios del gobierno con conocimiento directo.

Los planes suponen un golpe para los mineros de Estados Unidos, que esperaban que Biden confiara principalmente en los metales de origen nacional -como había señalado durante su campaña- para ayudar a cumplir sus proyectos de una economía menos intensiva en carbono.

En lugar de centrarse en la autorización de más minas estadounidenses, el equipo de Biden está más enfocado en la creación de puestos de trabajo que procesen los minerales en el país para convertirlos en piezas de baterías de vehículos eléctricos (VE), según las fuentes.

El plan ayudaría a reducir la dependencia de Estados Unidos del líder de la industria, China, para los insumos de los vehículos eléctricos, al mismo tiempo que complacería a los sindicatos con trabajos en fábricas y, en teoría, reduciría el desempleo provocado por la pandemia.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos está organizando una conferencia en junio para atraer más fabricación de vehículos eléctricos al país. El plan de infraestructuras de US$ 1,7 billones propuesto por Biden destina US$ 174.000 millones a impulsar el mercado nacional de vehículos eléctricos con créditos fiscales y subvenciones para los fabricantes de baterías, entre otros incentivos. El departamento no quiso hacer comentarios.

«No es tan difícil cavar un agujero», aseguró a Reuters una de las fuentes. «Lo que es difícil es sacar ese material y llevarlo a las instalaciones de procesamiento. En eso se centra el gobierno estadounidense».

Según este planteamiento, Estados Unidos dependería de Canadá, Australia y Brasil -entre otros- para producir la mayor parte de las materias primas críticas, mientras compite por los puestos de trabajo de mayor valor que convierten esos minerales en chips de ordenador y baterías, según las dos fuentes.

Asegurar toda la cadena de suministro, desde los metales hasta las baterías, no requiere que Estados Unidos sea el principal productor de las materias primas, dijo una de las fuentes.

La estrategia completa se ultimará tras una revisión de la cadena de suministro de un año de duración en la que participarán funcionarios de seguridad nacional y desarrollo económico.

Los funcionarios de Biden quieren asegurarse de que las aspiraciones del gobierno en materia de vehículos eléctricos (VE) no se vean amenazadas por el bloqueo de las minas nacionales, según las fuentes, tanto por parte de los ecologistas como de algunos demócratas.

«Me suena a hueco cuando oigo a todo el mundo utilizar esto como argumento de defensa nacional, que tenemos que construir nuevas minas para tener una economía más verde», indicó la representante estadounidense Betty McCollum, una demócrata que presentó una legislación que bloquearía permanentemente la mina de cobre Twin Metals propuesta por Antofagasta Plc en Minesota.

«El presidente Biden se ha centrado en aprovechar el mercado de los vehículos eléctricos (VE), en el establecimiento de la cadena de suministro aquí en Estados Unidos y en la creación de puestos de trabajo bien remunerados y sindicalizados», declaró Ali Zaidi, asesor nacional adjunto de la Casa Blanca para el clima.

«La construcción de vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos y su envío a todo el mundo incluirá el aprovechamiento de piezas y recursos fabricados en el país. Esto incluye la búsqueda, el desarrollo y la extracción responsable de minerales y materiales críticos usados para las baterías de los vehículos eléctricos».

Zaidi también afirmó que el gobierno está invirtiendo en una estrategia que incluye el reciclaje en la cadena de suministro.

Aunque los proyectos estadounidenses de las pequeñas y grandes empresas mineras se verán afectados, el dolor de cualquier proyecto bloqueado recaerá de forma desproporcionada en las más chicas, que se concentran en Estados Unidos.

Muchos grandes mineros también tienen proyectos globales que podrían beneficiarse del plan.

«No podemos seguir empujando la producción de los productos que queremos a lugares que no podemos ver y con personas que nunca conoceremos», aseguró Mckinsey Lyon, de Perpetua Resources Corp, que está tratando de desarrollar la mina Stibnite de Idaho para producir oro y antimonio, que se usan en las aleaciones para baterías de vehículos eléctricos.

Inversiones. El gobierno estadounidense se convirtió en abril en el mayor accionista de la empresa de inversión minera TechMet, que controla un proyecto de níquel brasileño, una mina de tungsteno ruandesa y es uno de los principales inversores en un reciclador de baterías canadiense.

Washington también financia la investigación de proyectos canadienses de cobalto y de tierras raras en Malaui, entre otras inversiones internacionales de la Iniciativa para la Gobernanza de los Recursos Energéticos (ERGI) del Departamento de Estado.

El programa es uno de los principales que Washington tiene previsto utilizar para ayudar a sus aliados a descubrir y desarrollar el litio, el cobalto y otros metales para vehículos eléctricos. Por supuesto, Washington no ignora la minería nacional.

El Departamento de Energía de Estados Unidos ha concedido subvenciones para ayudar a las antiguas minas de carbón a encontrar formas de producir tierras raras. Las autoridades estadounidenses también han financiado a MP Materials Corp, que posee la única mina de tierras raras en el país.

Pero la mayor parte del enfoque de Biden está diseñado para evitar las batallas con los ecologistas y ahorrar capital para otras luchas, según una fuente del gobierno.

Durante una visita a una planta de Ford Motor Co en Michigan el 18 de mayo, Biden pidió subvenciones del gobierno para nuevas instalaciones de baterías de vehículos eléctricos. Mencionó las reservas de litio de Australia, pero no los grandes suministros estadounidenses del mineral clave para las baterías.

Los republicanos dicen que los planes de Biden para los vehículos eléctricos serán imposibles de llevar a cabo sin más minas estadounidenses.

«Estos extremistas del ‘no en mi patio’ han dejado claro que quieren bloquear nuestra tierra e impedir la extracción de minerales», indicó la representante estadounidense Lauren Boebert, republicana de Colorado, en un foro del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes celebrado el mismo día de la visita de Biden a Michigan.

El enfoque de Biden conlleva riesgos, entre ellos el de enfadar a los partidarios políticos del movimiento obrero que quieren que el gobierno se muestre abierto a la extracción de recursos y a los puestos de trabajo que conlleva.

«Dejemos que los estadounidenses extraigan estos minerales de la tierra», aseveró Aaron Butler, del sindicato United Association Local 469, que trabaja para el proyecto de mina de cobre Resolution propuesto por Rio Tinto Ltd. en Arizona y que apoyó a Biden en las elecciones. «Son trabajos bien pagados».

Muchas de las habilidades que los sindicatos usarían para construir minas, incluyendo trabajos con hormigón y electricidad, también pueden utilizarse para construir plantas de procesamiento de metales para VE.

La Asociación Nacional de Minería, un grupo de presión del sector, estuvo instando a la Casa Blanca y al Congreso para que apoyen los proyectos nacionales, argumentando que la pandemia de coronavirus demostró la importancia de las cadenas de suministro locales.

La Casa Blanca de Biden se esfuerza ahora por conseguir el apoyo de los trabajadores para demostrar que sus políticas ecológicas crean puestos de trabajo, antes de las elecciones legislativas a la mitad de su mandato en 2022, que podrían determinar si la estrategia obtiene el respaldo del Congreso, según dos fuentes sindicales familiarizadas con la campaña.

Los funcionarios de Biden se han puesto en contacto con los sindicatos de todo el país para pedirles proyectos específicos de fomento del empleo que puedan ser atribuidos al gobierno, dijeron las fuentes sindicales.

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